Como lo adelantamos, el actual Congreso terminó por darle el voto de confianza al cuestionado gabinete de Aníbal Torres y no tanto por su equipo de trabajo, méritos o propuestas, sino por la ventaja que obtienen los legisladores de quedarse cinco años. Es decir, no tienen intención de irse y menos a poner a tiro de una “bala de plata” sus respectivas curules.
Con esta decisión del parlamento, queda demostrado que a muchos de los actuales “padres de la Patria” no se les puede pedir sacrificios o heroísmos, pues ellos están allí para sacar provecho de sus curules; para codearse con el poder y hacer lo que mejor hacen: el lobby descarado y el aprovechamiento político sin empacho; los peruanos o el “pueblo” como les llaman, que se las arreglen como puedan.
Esta votación condena a los peruanos a soportar por cinco años a un gobierno sin liderazgo y sin rumbo, con graves acusaciones de corrupción y, lamentablemente, con claros indicios de haber corroído, hasta ahora, la institucionalidad en el Perú… salvo que prospere la vacancia, pero aun eso es una ilusión. Solo queda la voz de la calle.
