La elección de los magistrados del TC se ha convertido hoy en una suerte de juego de ajedrez y la posible tabla de salvación para los congresistas que buscan revancha
con el Ejecutivo. Por lo pronto, se publicó el anteproyecto de regla?mento el cual no ha dejado con?tentos a los constitucionalistas por ser tendencioso al convertir a los congresistas en jueces y parte in?teresada.
Ese nuevo TC será el que re?suelva el proceso competencial entre el Congreso y el Ejecutivo por el caso de la vacancia pre?sidencial, además de otras de?mandas de inconstitucionalida.
como la contrareforma de la in?munidad parlamentaria o el caso d e la ONP si es que la aprueban p or insistencia; sin olvidar otros c asos que involucra a los políti?cos nacionales.
Para algunos constitucionalis?tas, el anteproyecto parece tener la intención de direccionar la elec?ción de los miembros del TC, pues
centra su atención solo en currícu?lo y entrevista olvidándose de algo esencial como la experiencia y la h onestidad, por lo que proponen que sea una comisión especial ex?terna quien elija a los integrantes,
como se hizo antes la Junta Nacio?nal de Justica. ¿Por qué no?