El enfrentamiento entre Toño Sosaya y el Grupo 5 sigue siendo noticia en el ámbito musical peruano. El reconocido exvocalista de la exitosa agrupación de cumbia continúa luchando por sus derechos laborales después de varios años de disputas legales, a pesar de que ya existe una sentencia a su favor.
La Corte Superior de Justicia de Lambayeque dictó en 2019 una resolución que ordenaba al Grupo 5 el pago de S/ 425,549.33 soles a Toño Sosaya, monto correspondiente a beneficios laborales que, según el cantante, no le fueron otorgados durante su tiempo de trabajo con la agrupación.
Sin embargo, a pesar de la sentencia, la orquesta liderada por Christian Yaipén aún no ha cumplido con esta obligación, lo que ha generado intereses por un valor adicional de S/ 194,000. En total, el monto que el Grupo 5 debe pagar a su extrabajador asciende a S/ 619,549.33, cifra que sigue aumentando.
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En su momento, el Grupo 5 apeló la sentencia, pero la Primera Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Lambayeque rechazó la solicitud de la agrupación, lo que dejó en claro que el pago es inevitable. Sin embargo, hasta la fecha, el grupo sigue sin abonar la deuda, lo que ha motivado a Toño Sosaya a salir públicamente para hacer presión.
En una entrevista con el programa ‘América Hoy’, el músico reveló detalles de los sacrificios personales y profesionales que hizo por el grupo, sacrificios que considera no fueron reconocidos de manera justa.
“Yo ingresé al Grupo 5 en el año 2000. Después de que el fundador falleciera, empezamos desde cero. Tenía un contrato de cuatro años con la empresa. Al finalizar el cuarto año, empezaron a llamarnos uno por uno y nos ofrecían algo irrisorio. Por ejemplo, si antes ganábamos 50 soles mensuales, ahora nos ofrecían 5 soles. Trabajábamos todo el mes por eso”, relató el exvocalista, mostrando la frustración que vivió en los últimos años de su relación con el Grupo 5.
Las condiciones de trabajo del grupo, según Sosaya, fueron extremadamente difíciles. El músico recordó los sacrificios personales que hizo por la orquesta, los cuales pusieron en riesgo su bienestar y su vida. “Nunca vi nacer a mis hijos, nunca los vi crecer. Casi pierdo mi hogar. Yo me sacrificaba tanto que me lavaba en los grifos y dormíamos debajo de los escenarios. Esperábamos que la gente se fuera de los eventos, bajábamos nuestros colchones y dormíamos allí”, comentó con voz entrecortada.
