El actor y director George Clooney, junto a su esposa Amal Clooney y sus hijos gemelos Alexander y Ella, obtuvo oficialmente la ciudadanía francesa, según consta en documentos del gobierno publicados en el boletín oficial de nuevas naturalizaciones. La decisión se conoce luego de que el artista manifestara en diversas ocasiones su inquietud por criar a sus hijos en medio de la intensa exposición mediática de Hollywood.
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El aviso, difundido el último sábado, confirma que toda la familia fue incluida en la lista de nuevos ciudadanos franceses. Clooney, quien mantiene también la nacionalidad estadounidense, y Amal Clooney, reconocida abogada humanitaria de origen británico-libanés, tienen desde hace años un estrecho vínculo con Francia, país que ahora consideran su principal lugar de residencia.
Francia, su nuevo hogar lejos de los reflectores
Aunque la familia Clooney cuenta con propiedades en Inglaterra y en Kentucky, cerca de los parientes del actor, su residencia principal es una amplia granja ubicada en territorio francés. Así lo reveló el propio Clooney en una entrevista concedida al New York Times a inicios de año, donde destacó el cambio radical que significó regresar a una vida rural.
El actor recordó que, durante su infancia en Kentucky, soñaba con alejarse de ese entorno. Sin embargo, hoy valora la tranquilidad que ofrece ese estilo de vida, lejos de la presión constante del espectáculo. Según explicó, esa rutina le permite disfrutar de actividades cotidianas y ofrecer a su familia una experiencia más cercana a la normalidad.
Preocupación por la crianza de sus hijos
Clooney ha sido enfático al señalar que uno de los principales motivos para establecerse en Francia es proteger a sus hijos del impacto de la fama. En entrevistas previas, expresó su inquietud por el ambiente de Los Ángeles y la cultura que rodea a la industria del entretenimiento, la cual, a su juicio, podría afectar el desarrollo de los menores.
El actor sostuvo que en Francia la celebridad no es un factor determinante en la vida diaria y que sus hijos pueden crecer sin la presión de comparaciones constantes ni la persecución de paparazzi. Esta percepción fue clave para tomar la decisión de adoptar al país europeo como su nuevo hogar permanente.
Un país con estrictas leyes de privacidad
Otro aspecto que influyó en la elección de Francia es su sólida legislación en materia de protección de la vida privada. La normativa francesa prohíbe fotografiar a personas en espacios privados o divulgar información personal sensible. Incluso en lugares públicos, la publicación de imágenes de figuras conocidas está restringida si no guarda relación directa con su rol público.











