Cuenta su versión de la historia. La artesana, shipiba, a la que se refiere Anís Samanez cuando afirmó que una comunidad originaria quería cobrarle 5 mil dólares por uno de sus diseños, contó su verdad y desmintió a la diseñadora.
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Luego de las terribles declaraciones de la diseñadora Peruana, Anís Samanez, quién es acusada de apropiación cultural, una de las mujeres de la comunidad Shipibo Konibo, a la que hace referencia Sanamez se pronuncia y denuncia que la diseñadora la amenazó y la responsabilizó del escándalo mediático.
Se trata de Milka Franco, una mujer Shipiba radicada en la comunidad de Cantagallo en Lima, que cuenta se enteró del escándalo mucho después porque se encontraba en una comunidad en el monte de Pucallpa por urgencia familiar.
Ella decidió emitir un pronunciamiento luego de la diseñadora, Anís Samanez la llamara amenazándola con denunciarla tras responsabilizarla de la recepción negativa que la opinión pública ha tenido por sus nefastas afirmaciones al querer apropiarse de sus manifestaciones culturales, como sus tejidos.
«Este pronunciamiento lo estoy realizando a raíz de que, a través de una llamada telefónica que le hice el día de hoy 4 de diciembre del 2024, para preguntarle sobre todo lo sucedido, en vez de explicarme o contarme la situación, la diseñadora me empezó a gritar de manera prepotente y agresiva; También me amenazó con denunciarme e incluso sugirió que yo debía ser quien debería pedirle perdón a ella. Esto, alegando de que el bullying que le están haciendo es por culpa mía y mi mal agradecimiento hacia sus buenas intenciones de querer ayudarnos», explicó la artesana.
Milka Franco también desmintió que Samanez haya viajado a la selva a visitar a una comunidad, sino que se acercó a el Colectivo de Shipibas Muralistas, que está ubicado en Barranco y que el montó que ellas pidieron por cada diseño fue de S/5.000 no de cinco mil dólares como se dijo en un inicio.
«Nosotras, quedamos en cobrarle s/.5000 por cada diseño, no $5000 como ella menciona. Iban a ser 5 diseños para que ella los utilizara según le convenga en su línea de moda. Nosotras estábamos de acuerdo en eso, ya que, nos parecía justo el trato. El señor Ricardo Franco ahuanari (quien no es un Shereke, sino un artista shipibo y dirigente vecinal de la comunidad shipiba) fue quien le hizo llegar el monto sugerido por diseño (kenés en hojas de cuaderno A3), ella se mostró molesta diciendo que ese no es un precio justo para una colaboración con ellas; que ella solo quiere inspirarse no usar los kenés que le íbamos a vender», agrega Milka Franco.
La artesana indicó que debido a la necesidad, tres artesanas se acercaron a Samanez para informarles que sí querían trabajar por el precio que ella iba a cobrar, un monto de S/400. En total, Samanez pagó S/1200 por una semana de trabajo de 3 personas.
«Frente a nuestro rechazo a colaborar juntas, 3 de las integrantes del Colectivo, contactamos a Anis de manera individual para trabajar por el precio que ella quería cobrar (BASTANTE menos que el inicialmente sugerido), debido a las distintas necesidades familiares de cada una de nosotras. El precio que pagó Anis a cada una de nosotras (sólo 3) fue de s/.400 por unos bordados que nos hizo hacer en unas telas que ella trajo. El trabajo duró 1 semana. En total ella pagó s/. 1200 por una semana del trabajo de 3 personas», finalizó la artesana.