El exministro de Defensa, Jorge Nieto, sostuvo, en entrevista con Diario El Tiempo, que el jefe de Estado no solo admitió su falta de capacidad para gobernar sino cierto cinismo frente a presuntos hechos de corrupción.

– ¿Qué imagen nos queda del presidente después de sus entrevistas?

La imagen es muy distinta dependiendo de cuál entrevista. En las dos primeras, nos queda la imagen de un hombre que no sabe, que no conoce, que está perdido y que no sabe qué hacer en palacio de gobierno. Con Fernando Rincón, no solo queda la imagen de quien no sabe, sino que contesta con cierto cinismo y que tiene clara dificultad para responder preguntas relacionadas a Karelim López y otros asuntos de la Fiscalía.

– ¿A qué se refiere con cinismo?

En que ya no es solo la imagen de un hombre que no sabe, sino de un hombre que tiene su credibilidad muy maltrecha.

-Se refiere a cuando dijo que solo saludó a los empresarios que llegaban a la casa de Breña…

Primero ha dicho que no conocía a la señora Karelim López, luego que sí, pero que no hablaba de negocios con ella; [cuando] se sospecha que tiene reuniones con ella y algunos funcionarios del gobierno para tratar licitaciones orientadas. Ya no es solo la imagen del hombre que no sabe, sino de quien tiene propósitos que no pueden ser explícitamente dichos porque son asociados a la corrupción, aparentemente.

– ¿Fueron respuestas inocentes u otra cosa al decir que solo saludaba a quien lo visitaba en Breña?

Es lo que todos sospechamos. Cuando él dice que no conoce y no sabía que la señora Karelim López le organizó la fiesta de cumpleaños para su hija, es algo increíble y nos quiere agarrar de tontos.

– ¿Qué pasará con el país si el presidente, como dice, está aprendiendo a gobernar?

Al gobierno no se llega a aprender, al gobierno se llega a dar examen. El señor Castillo se ha equivocado de profesión u orientación. Si no sabía gobernar, nunca debió postular.

– ¿En ese contexto que pasa con el país?

He planteado soluciones. No podemos hacer como si no nos enterásemos de que tenemos un hombre sin competencias para gobernar en palacio. Tenemos que hacernos cargo de eso. He propuesto la formación de un gobierno de gabinetes soportado por una coalición parlamentaria de gobierno.

-¿Qué significa?

Esto significa que el presidente acepta justamente que es incompetente para gobernar y, por lo tanto, le vamos a dar todo el poder al gabinete y al primer ministro.

-¿Cómo aplicar esta figura?

Requiere de voluntad política y acuerdos en el Congreso, pero no acuerdos tramposos, subterráneos o clandestinos, sino acuerdos explícitos sobre los temas que al país le interesan como la educación, salud, seguridad pública, el agro y la defensa de los pescadores, ahora afectados no solo por los deseos de Castillo de darle el mar a Bolivia sino por Repsol y el derrame.

-¿Esa propuesta implica que el presidente acepte su incapacidad y ceda el poder?

Bueno, pero él ha dicho que es incapaz y que está aprendiendo. A confesión de parte, relevo de pruebas.

– ¿Gobernar con este u otro gabinete?

Es lo que está pasando en la práctica, pero hay una dificultad. Es el presidente quien está generando problemas en el gobierno y la premier, con sus propias opiniones, tratando de darle cierta viabilidad. El gobierno de gabinetes está en ciernes, pero lo que pasa es que tenemos que darle a eso una formalidad política, que haya una coalición de partidos con capacidades en el Congreso de tener mayoría para dar estabilidad, pero sobre la base de un acuerdo público y no lo que tenemos.

-¿Qué tenemos ahora en el Congreso?

Un acuerdo de iniciativas contrareformistas del sector transporte, minería, educación universitaria, educación pública. Es un acuerdo donde todos sacan su tajadita, pero no están hablando de los problemas de la ciudadanía.

-¿Cree que el presidente quiera aprender?

Es que no depende de las personas, sino de correlaciones. Mire usted la seguridad. Tenemos una crisis de delincuencia. ¿Quién genera problemas? ¿El ministro del Interior? Que es una persona honesta, aunque no con todos los conocimientos sobre el sector, pero con su honestidad se puede construir una política pública. O es el comandante general de la Policía, cuestionado por sus propios mandos y con sospechas de haber vendido ascensos y desplazamientos.

-¿Pero esos desplazamientos son usuales?

Antes se producían entre 15 y 20 desplazamientos mensuales de policías en el país, hoy son 1.600, es decir, mil veces más y aparentemente todos han sido comprados. Entonces ¿Quién causa la crisis en seguridad? Es el presidente que no apoya a un ministro, sino que apoya a un banquito, que es el comandante general, que aparentemente tiene más afinidad con él, quizás por estas acciones un poco turbias. Esto pasa y el presidente se convierte en la traba para desarrollar políticas adecuadas.

-¿Cómo evalúa la labor del Congreso?

El Congreso tiene la oportunidad de reformar la legislación en materia de comportamiento de las empresas que importan petróleo para refinerías. Lo que ha hecho Repsol es una burla porque desde el comienzo ha mentido al Estado sobre el derrame. Y el Congreso. ¿Qué ha hecho? Nada. Mas bien, el Congreso está en contra de lo que población quiere. Por tanto, el Congreso no es solución, por eso digo un gobierno de gabinete, pero con el soporte de una coalición parlamentaria.

-¿Cómo hacerlo posible?

No es fácil lograrlo porque los actores conspiran en contra, pero es lo que la ciudadanía tiene que exigir. Si no vamos a terminar en una aventura abrupta de liquidación de la democracia o la gente se cansará y dirá que se vayan todos [y pedir] elecciones generales. Entonces debemos buscar una solución […]porque tenemos a un presidente que se confiesa claramente incapacitado.

-¿Debe haber cambio en el gabinete?

Ya está planteada la crisis. El presidente tiene que resolver si acepta o no la renuncia del ministro del Interior, es decir si apoya al ministro o al comandante general de la policía. Si el presidente opta por deshacerse del ministro, entonces no creo que la señora Vásquez, ante una situación de esa naturaleza, con tales señales de debilidad en la lucha contra la corrupción, acepte seguir siendo primera ministra.

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