Poner requisitos mínimos para ocupar la Presidencia no es la solución: los partidos deben mejorar sus propios filtros.
En entrevista exclusiva con El Tiempo, el exministro de Defensa, Jorge Nieto, lamentó los anuncios del presidente por sus cien días de gobierno. Recordó que Castillo no puede hacer las cosas solo porque es su voluntad, sino que todo sigue un procedimiento.
–¿Cómo catalogaría el discurso de los cien días de gobierno de Pedro Castillo?
Yo esperé un balance de los primeros cien días de gestión y lo que escuché fue su último discurso de campaña electoral. Adicionalmente, en una plaza bastante vacía, a penas el diez por ciento de la plaza tenía población, y con auncios, muchos de ellos, totalmente desencaminados.
–En ese caso, ¿qué anuncios del presidente le han parecido los más desafortunados y desencaminados?
Por ejemplo, su planteamiento de vender el avión presidencial porque eso no depende de su voluntad, no es que él decide que lo vende y lo vende. Eso está dentro del marco de recursos que administra la Fuerza Aérea del Perú, por encargo del Estado peruano. Se requiere un procedimiento, hay leyes, cómo es que la Fuerza Aére se pueden deshacer o no de material de este tipo. No es un asunto de su voluntad, de “yo decido y se vende”. Pedro Castillo es presidente, no rey o cacique.
–¿Y cuál es su opinión sobre la mención de la Asamblea Constituyente? Pareciera que, entre líneas, dijo que ese proyecto sí va.
Bueno, el presidente no dijo mucho, más que todo mencionó la palabra, en realidad no dijo nada, sino fue como una frase al pasar, como quien quiere levantar un espantapájaros.
–Sí, pero de todas maneras, la sola mención podría causar un impacto negativo en los actores económicos…
Las últimas semanas, cada vez que ha salido a hablar, le ha causado problemas o a su ministro de Economía o a su ministro de cualquier cosa. Sale en una dirección contraria a la cual se está trabajando ahora, desde la Presidencia del Consejo de Ministros.
–A propósito de la PCM, una de las cosas que llamó más la atención fue que la primera ministra no acompañó al presidente en el discurso en Ayacucho. ¿Esto se interpreta como una clara fisura en el gabinete, tomando en cuenta de que la disputa es por el ministro Ayala?
La primera ministra debe estar muy incómoda porque ella debe ser muy consciente, mientras que el presidente no. El señor Ayala, el secretario general de Palacio de Gobierno y los dos coroneles que trataron de ascender por un vía irregular deberían haber salido ya de sus cargos.
–¿Esta situación podría desembocar en la renuncia de Mirtha Vásquez?
Depende de cómo evolucionen las cosas. Si el presidente insiste en que se mantenga el actual ministro de Defensa que puso su cargo a disposición hace unos días y luego comenzó a dar marcha atrás, yo no creo que la señora Vásquez continúe. Ella lo evaluará en el momento que corresponda.
–Si ella llegase a renunciar porque la situación le parece insostenible, ¿eso dejaría libre el camino para una vacancia presidencial?
No lo sé, pero el está prolongando una crisis que sí es manejable escale a niveles mayores. Es el presidente con su indecisión el que está haciendo que la crisis se agrande.
–Respecto al escándalo que generaron el ministro de Defensa y el secretario de Palacio, ¿usted cree que haya una especie de complot o solo es desconocimiento por parte del presidente?
Me imagino que alguna gente querrá tener mayor injerencia en instituciones como las Fuerzas Armadas, pero también hay la pequeña de voluntad de favorecer a los amigos. El presidente, en su discurso presidencial, prometió que no habría “amiguismos”, pero parece que no lo recuerda.
–Tal parece que “la palabra de maestro” ya ha quedado en el olvido también.
Es evidente que hay muchas cosas que ha dicho y no ha podido realizar porque él desconocía que no se podían hacer o simplemente eran buenos deseos y nada más. La realidad es otra.
–¿Le parece que Pedro Castillo haya aprendido algo en sus primeros cien días?
Ya el hecho de que usted se haga esa pregunta es dramático para el país. Al Gobierno se llega a dar examen, no ha aprender. Henry Kissinger, un político reconocido, dijo que, a los dos meses de estar en el cargo de secretario de Estado -un señor que sí había estudiado-, todo lo que había estudiado ya no le servía. Le tocó inventar e improvisar, por tanto, si tenemos líderes que solo están en plan de aprendizaje, estamos muy mal.
–¿Entonces cree que debería haber requisitos mínimos para ser congresista o presidente?
Deben tener una buena conducta, pero si ponemos requisitos, por ejemplo, exigen tener maestría o doctorado, hay universidades marca patito que te dan el título si pagas. Aquí la tarea es de los filtros de los partidos políticos.