En entrevista con El Tiempo, el especialista en opinión pública de la Universidad de Piura (UDEP), Fernando Huamán, aseveró que los debates ayudarán a inclinar la balanza de las preferencias electorales, si bien estos no serán definitivos.
-¿Cómo calificaría los debates de candidatos presidenciales?, ¿el formato es atractivo?
El formato es atractivo porque obliga a los candidatos a sintetizar sus propuestas. El problema radica en el número de personas debatiendo. Al tener varias exponiendo sus planes de gobierno y, al mismo tiempo, respondiendo a los ataques de los contrincantes, el ciudadano se marea con tanta información. En un muy poco tiempo el elector debe analizar propuestas, contrapropuestas, ataques, contraataques, preguntas ciudadanas.
-¿Entonces los candidatos no se dan a conocer de manera efectiva?
Salvo las propuestas “bandera”, les cuesta mucho argumentar, por ejemplo, cómo financiarán lo que esperan invertir en sectores clave. El debate es una plataforma que les permite posicionar las ideas clave que ya son conocidas en la campaña, y hacer público el talante personal frente a las imputaciones de los oponentes. Se busca medir la capacidad argumentativa del candidato y sus respuestas inteligentes frente a los ataques del rival. En un debate se mide el liderazgo del político, su manejo emocional y su capacidad técnica.
-¿Qué estaría fallando?, ¿quizá no conocen bien sus propios planes ni los de sus contrincantes?
El debate debe prepararse, y cuando esto no ocurre, el ciudadano lo nota. En el poco tiempo se debe exponer las soluciones frente a los tópicos propuestos por los organizadores. No obstante, también puede ocurrir que la estrategia del candidato sea atacar al rival por cálculo político y las propias propuestas pasan a un segundo plano. Cuando un candidato ataca a un oponente busca posicionarse como su antagonista, es decir, utiliza el capital político del rival como plataforma para ganar visibilidad. Esta estrategia suele ser empleada por quienes ya alcanzaron su techo en las encuestas y pretenden capturar al antivoto del rival.
-¿Qué efecto tiene en la población este tipo de eventos?
Estamos a menos de 15 días de las elecciones y la población recién va tomando interés en el proceso electoral. En este sentido, los debates ayudarán a inclinar la balanza de las preferencias electorales, pero no serán definitivos. El motivo principal es que los frentes ideológicos de derecha e izquierda están representados en varios candidatos, por lo tanto, el voto está disperso.
-¿Estos debates serán cruciales para que ese 26,5% de indecisos puedan escoger a un candidato?
El porcentaje de los indecisos se reducirá, pero aún será fluctuante. Lo único que tienen seguro los candidatos es el voto duro: personas que los apoyan ya sea por propuestas concretas, por afinidad ideológica, o por tradición. Los demás, aunque hoy tengan una opción, podrían cambiarla. La derecha y la izquierda está dispersa en varios candidatos y dependiendo de las encuestas y el manejo del político ante la opinión pública, podríamos tener cambios de último momento.