¿El COVID-19 ha variado el gusto de los peruanos por la lectura y escritura? ¿En estos tiempos de crisis, seguimos buscando héroes?
Estas son algunas de las preguntas que Enrique Sánchez Costa, doctor en Humanidades y profesor de la Universidad de Piura (UDEP), responderá en setiembre durante el desarrollo del curso “Héroes y antihéroes de la literatura”. En esta entrevista, nos dice que en la actual crisis no es malo, pues la creatividad humana traspasa el confinamiento físico.
– ¿De qué manera el COVID-19 influye en la literatura actual?
La necesidad hace la virtud. El ingenio se agudiza en tiempos de prueba. San Juan de la Cruz, Cervantes, Oscar Wilde… concibieron parte de sus mejores obras en la cárcel. La creatividad humana es capaz de traspasar un confinamiento físico, como el de estos meses, y producir creaciones de altísima calidad. Estoy seguro que las últimas reclusiones originarán obras literarias de enorme valía.
–¿Se mantiene aún el gusto por escribir?
Es cierto que la COVID ha provocado, en muchas personas, ansiedad, miedo, desesperanza. Pero toda crisis presenta también una oportunidad de crecimiento. Una oportunidad, en este caso, para que personas que antes no encontraban el tiempo o el ambiente adecuado se lancen ahora a escribir. Puesto que la escritura es una actividad íntima, personalísima, y puesto que nunca habíamos pasado tanto tiempo a solas como ahora, ¿por qué no aprovechar esta etapa para explorar y comunicar nuestro mundo íntimo a través de la escritura?
– ¿Ha apagado la COVID el interés por la lectura?
Al revés. Nunca habíamos gozado de tantas horas para leer. Es la ocasión perfecta para repasar la biblioteca personal, para leer aquellos libros que, tal vez por su extensión, tal vez por otras circunstancias, nunca encontramos el tiempo de leer. O para releer nuestros libros más queridos. Un buen libro solo puede contagiarnos conocimiento, sensibilidad, imaginación y oxigenación del espíritu.
– ¿Los peruanos siguen buscando héroes ante esta situación de crisis por la pandemia?
Siempre tenemos hambre de heroínas y de héroes. Buscamos modelos, héroes, santos: mujeres y hombres que nos inspiren con su ejemplo de vida; personas a las que poder admirar. Heroínas y héroes, durante esta crisis, son quienes, asumiendo riesgos de salud, atienden a los enfermos y desfavorecidos: médicos y enfermeros, trabajadores sociales, voluntarios, etc. O personas que han puesto su conocimiento, gratuitamente, al servicio de los demás: diseñando y produciendo respiradores, por ejemplo.
– ¿Que es un antihéroe? ¿Puede surgir hoy en día?
Es un personaje que, aunque no tenga las cualidades tradicionales del héroe (fuerza, valentía, liderazgo, etc.), concita nuestra empatía y logra que nos identifiquemos con él, igual que lo hacemos con un héroe o heroína. ¿Por qué se genera tal identificación? Porque el antihéroe, a pesar de sus debilidades y miserias, tiene cualidades que lo redimen, que lo convierten en nuestro amigo y confidente libresco.
El mayor ejemplo literario de antihéroe se encuentra en El Quijote. Su protagonista es un hombre marchito, escuálido y enloquecido. Y, sin embargo, es llamado “Alonso Quijano el Bueno”: pues es su bondad, su voluntad (casi siempre fallida) de “desfacer agravios, socorrer viudas, amparar doncellas”, la que motiva nuestro amor. Amamos a Don Quijote porque, a pesar de sus flaquezas y continuos fracasos, representa el ideal: aquello más puro que anida en el alma humana.
– ¿Cuál es el objetivo del curso Héroes y antihéroes de la literatura?
Por una parte, revivir algunos de los héroes del mundo clásico y medieval. Como Aquiles: modelo de fuerza y honor guerrero. Como Ulises: ejemplo de audacia, astucia y resiliencia. Como Perceval: ese caballero artúrico que se lanza, en una aventura fascinante del espíritu, en busca del santo Grial. Por otra parte, acompañar a algunos de los antihéroes del mundo moderno: a Frankenstein (y al alocado científico que lo crea). En nuestro mundo moderno, tan complejo, tan líquido, tan inestable, a veces cuesta conectar con el héroe. Necesitamos también el antihéroe: más cercano, más problemático, más como nosotros. De este modo, a través de héroes y antihéroes, de personajes literarios inolvidables, exploraremos en este curso la plasticidad infinita de la condición humana.
¿A qué se refiere cuando dice plasticidad infinita de la condición humana?
Pascal definió el ser humano como “un monstruo incomprensible”: capaz de amar, hasta dar su vida por los demás, y capaz, también, de arrebatar la vida a otros de modo atroz. Por eso Viktor Frankl, el psiquiatra vienés internado en Auschwitz, afirmó que el ser humano “siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”. Por eso puede hablarse de plasticidad de la condición o de la naturaleza humana. A diferencia del animal, que se aparta poco o nada de sus instintos, el ser humano es plástico: es capaz de moldear su espíritu, de cambiar de forma, de elevarse hacia el bien o abismarse en el mal.