El periodista refiere que la última encuesta nos muestra que Pedro Castillo llegó a su techo electoral y que ahora todo depende de Keiko para conquistar más votos en los sectores populares que quieren patear el tablero ante el apocalipsis del COVID-19.
–¿Qué lectura tiene de la última encuesta? ¿Keiko baja?
Es un sobresalto previsible de la campaña a pocas semanas de la elección, pero en la práctica están empatados. La diferencia no es mucha y revela una subida en el sector E del señor Castillo y en el centro del país. Si le damos absoluta validez, obliga a Keiko a replantear su estrategia para los sectores populares.
–¿De qué forma?
Cuando a la gente se le pregunta qué quiere cambiar del modelo, la gente se refiere a salud pública, educación y lucha anticorrupción. No veo mensajes específicos respecto a estos tres puntos. Entonces Keiko tiene que lograr el desafío de defender el modelo, pero a la vez lanzar un mensaje que cuestione el estatu quo. El sector E no es solo el más pobre y que no ha sido beneficiado con el modelo, sino que además ha sufrido el apocalipsis de la pandemia. Han perdido familia, el empleo y el Estado no ha sabido responder. Por eso es que votan molestos, irritados y quieren patear el tablero. Aquí, Keiko está obligada a ofrecer un programa que incluya, salud, educación pública, seguridad y lucha anticorrupción de manera más eficaz.
–¿Ayudó la presentación de los equipos técnicos?
Ni a uno ni a otro. Inclusive el debate de este domingo no será incidente. El debate presidencial del 30 de mayo sí lo será respecto a la inclinación final del votante, como lo ha sido en los últimos procesos. En una final tan ajustada como la que tenemos, yo creo que el debate del 30 de mayo será decisorio.
–¿Keiko sigue en repunte?
Están en un empate técnico. Sigo creyendo que hay factores estructurales que me hacen pensar que Keiko ganará la elección ajustadamente, pero igual será una final de fotografía. Si a Keiko le va mal en el debate o comete un error garrafal, pierde la elección. Estamos a 17 días de la elección y cualquier cosa puede ocurrir. Creo que hay factores estructurales que tenderían a favorecerla y que logre crecer y superar a Castillo, pero los imprevistos están al pie del camino.
–¿La agresividad del discurso de Castillo atraerá más votantes?
No, creo que va a generar más anti voto y creo que le coloca un techo. Creo que la elección más depende de Keiko. Castillo ya llegó a su techo y no creo que suba más. Si Keiko logra remontar conquistando a los indecisos sobre todo del sector D y E puede ganar la elección ajustadamente pero ya depende de ella de cómo juegue el partido y como le vaya en el debate.
–¿Cómo serán estas dos semanas? ¿Más violencia?
Es una elección muy polarizada y tocaron los dos extremos del escenario electoral, tanto izquierda como derecha. Es comprensible que las tensiones y la zozobra se instalen inclusive en las familias en una elección tan polarizada. No estamos eligiendo entre PPK y Keiko del 2016 que eran candidatos de derecha, sino entre un candidato de izquierda radical y una candidata liberal autoritaria, entonces la elección seguirá polarizándose conforme se acerquen las elecciones.
–¿Cree en un Castillo moderado?
No le creo nada. Claramente tiene una agenda radical y su propio plan Bicentenario anticipa el camino político que piensa seguir para lograr la estatización absoluta de la economía y el control político autoritario del país que pasa por un referendo y una Asamblea Constituyente. Y eso ya lo plantea en su propio Plan Bicentenario, en coincidencia con el ideario de Cerrón. No creo en la figura del policía bueno moderado de Castillo versus el policía malo radical Cerrón. Creo que Castillo es tan radical como Cerrón y en esa medida nos expone a un riesgo social, político y económico enorme.
–¿En especial en el tema económico?
En términos económicos, Castillo es garantía de desastre. El Perú retrocedería décadas si aplica un programa económico como el que propone Castillo.
–¿El voto de protesta y el antifujimorismo serán suficientes para que Castillo gane?
Creo que no. Le da un piso duro a Castillo, pero tiene un techo del cual difícilmente va a crecer. El antivoto keikista ha venido disminuyendo. Según Ipsos está en 46%, de 70% en marzo. En cambio, el antivoto de Castillo está creciendo y están casi empatados en antivoto. La tendencia es que vaya disminuyendo el de Keiko y suba el de Castillo. No creo en el voto oculto a favor de Castillo. Hay un voto claro de protesta de mucha gente irritada por la recesión y pandemia. […] Todo eso contribuye a un voto contra el orden establecido y favorece a Castillo.