Incluso los empresarios han unido sus voces a las de los de los médicos y han mostrado su disconformidad con la propuesta del Ministerio de Salud (Minsa) de autorizar el aforo al 100% en los espacios abiertos y en los negocios. Parece que el sentimiento es unánime: no es posible sobreponer los negocios a la salud sin un plan, sin idea de lo que se quiere hacer, simplemente por contentar a ciertos sectores, por pura demagogia.
La política general de salud debe ser planificada de acuerdo a los objetivos que se persiguen y a la realidad en que se vive. El país se encuentra en el curso de la tercera ola de coronavirus y se espera que la próxima población contagiada masivamente sea la infantil debido al reinicio de las clases presenciales. Es necesario contar con toda la capacidad de respuesta médica para enfrentar este nuevo capítulo de la pandemia, pero una reapertura al 100% de los negocios podría llevar a un incremento innecesario de los contagios. En todo caso, esto debe hacerse por etapas, según lo que la realidad ordena y no solo para congraciarse con los empresarios.
Si esta es la idea que tiene el Gobierno de atraer la inversión y reactivar la economía, está equivocado. La mejora económica y la salud deben ir de la mano porque eso es signo de verdadera responsabilidad social. Tratar de amarrar a los inversionistas con promesas que a la larga podrían costar vidas sacrificadas inútilmente es algo insensato y entonces sí cabría hablar de incapacidad moral porque se pretende sacrificar la vida de cientos de peruanos -niños y adultos- a cambio de monedas. Ni siquiera el sector al que se pretenden conquistar está de acuerdo con semejantes acciones.
Parece curioso que estas propuestas surjan al mismo tiempo que se piensa en ciertas medidas represivas -como la prohibición de transportar pasajeros en motos-, pero no se ha pensado en medidas para contribuir al autoempleo dentro de lo que ordenan las leyes. ¿Se pretende enriquecer a los negocios para que estos contraten a toda esa masa que quedará desempleada por la represión estatal? En El Tiempo siempre hemos creído que el empleo debe ajustarse a las normas vigentes, y que cualquier acción destinada a la creación de puestos de trabajo debe tomar en cuenta no solo las cifras de la economía, sino los datos de la salud pública.