La prioridad es el contagiado de coronavirus, es cierto, pero en Piura existen 500 personas con otra enfermedades, con otras urgencias y necesidades que a diario acuden a los hospitales y no encuentran quién las atienda. ¿Qué toca hacer?
Una propuesta del Colegio Médico es crear un “comando no-COVID-19”, una mesa que rediseñe la estrategia sanitaria para cubrir las necesidades de esa población que también tiene derecho a la salud. ¿Es posible?
Si observamos las cifras, antes de la pandemia, el Minsa hablaba de una déficit de 11 mil médicos en todo el país. En febrero, Perú tan solo contaba con 13,6 médicos por cada 10.000 habitantes; es decir, 9,4 menos que lo recomendado por la OMS. En Piura, por esas mismas fechas, había 7,2 médicos por 10.000 personas, y se ubicaba, a puertas de que estalle la emergencia en el país, entre las regiones más rezagadas por falta de galenos. El Tiempo ha advertido en muchas ocasiones que Piura carece de especialistas y hoy, en medio de la peor crisis sanitaria del planeta, nos falta de todo: los médicos son insuficientes, se enferman o tienen miedo.
Según las recientes declaraciones del ministro de Vivienda, quien ayer estuvo de visita por estas tierras, Piura ya está en la meseta (es decir, ya pasó lo peor y los casos bajarán paulatinamente). ¿Puede ser esta la ocasión para que se planee una reorganización de la salud en Piura y en el resto del país? ¿Qué opción se le da, mientras tanto, a la persona que por desventura se cae, se fractura el cráneo y debe ser atendida de emergencia, pero no hay una cama dónde echarlo ni médicos que puedan ocuparse de ella?
El Colegio Médico podría tener un papel protagónico mucho más constructivo y acorde con su misión: este gremio puede convocar a los profesionales que no trabajan en hospitales o clínicas para que se encarguen de esta población no contagiada. Sería una manera de emplear con eficiencia los recursos humanos que existen en nuestra región y la experiencia podría replicarse en todo el país.
En estas circunstancias, todos debemos poner el hombro; no podemos ser triunfalistas y tomar la palabra del titular de Vivienda como un canto de victoria, sino como un estímulo para reforzar las medidas preventivas y para afianzar la ayuda mutua.