Es probable que la variante Delta del coronavirus ya se encuentre en Piura; sin embargo, nuestras autoridades sanitarias esperarán a que se den las condiciones legales -el ansiado reglamento- para que el GORE compre las vacunas que no ha podido conseguir a través de pedidos al Ejecutivo. ¿De qué gestión imposible hablan si al gobernador no se le ha visto ni un solo día en Lima exigiendo el derecho de la región, la cuarta con más casos de COVID-19, a tener más dosis para poner a raya a la enfermedad?
La idea de esperar el reglamento para comprar vacunas suena a cuento y provoca desconfianza: otras regiones han conseguido tener más vacunas de los lotes que han llegado sucesivamente al país. La diferencia está en que los gobernadores de La Libertad, de Tacna y de otras regiones sí se mueven; en cambio, a don Servando García le preocupa más el asunto que involucra a su exgerente general y no da la cara ni al Consejo Regional. Además, un Gobierno Regional tan desprestigiado como el nuestro, ¿podrá comprar vacunas sin generar sospechas de que hay una jugada sucia por debajo de la mesa? Tenemos un problema no solo sanitario, sino de gobernabilidad. A este GORE nadie le cree, pues solo sabe dar excusas o girar el rostro hacia otro lado.
¿Será necesario que el Ministerio de Salud (Minsa) tome control de la Diresa y administre lo que sea necesario para tener vacunas suficientes? Es probable, pues ha quedado demostrado que las autoridades regionales no dan talla frente a un asunto tan delicado como la pandemia. Se sospecha que hay un paciente -otras fuentes nos informan que son dos- contagiado con la nueva cepa, la de la India, la más virulenta. Mientras tanto, seguimos de brazos cruzados esperando la buena voluntad del Ejecutivo, que el presidente Sagasti se informe y se conmueva por la situación de Piura y envíe más vacunas, o que el camino legal esté allanado para la adquisición de las dosis. ¿Es posible que sean precisamente los encargados de la salud en Piura los más indolentes ante la crisis?
Esperemos que hasta que salga el bendito reglamento no nos encontremos ya en una tercera ola, con los hospitales desbordados, sin oxígeno y con una pila altísima de fallecidos.