La actitud del gobernador al negarse de modo obstinado a delegar funciones en el vicegobernador, como lo establecen las reglas del juego democrático, les sigue causando daño a los piuranos. Si bien, por los conflictos internos y actitudes egocéntricas de la autoridad regional, era previsible que alguna vez iban a presentarse situaciones como esta, lo que muchos no imaginábamos es que su desconfianza llegue al extremo de poner en riesgo la gobernabilidad y los intereses de casi dos millones de piuranos.
Este comportamiento no solo afecta a su imagen, sino a la gestión regional, las de las unidades ejecutoras y municipalidades, cuyos representantes no saben cómo buscar apoyo o coordinar el trabajo para sacar adelante obras emblemáticas de sus provincias o de la región.
Algunas veces, como en la reunión de ayer sobre la reconstrucción entre congresistas, la ARCC, autoridades piuranas y el sector privado, el gobernador participa vía Zoom; otras veces simplemente no asiste y se hace representar por el gerente Jesús Torres, a pesar de ser este un funcionario de menor nivel, quien no ha sido elegido por nadie para ejercer como gobernador.
Es decir, como advierte el alcalde Juan José Díaz, los piuranos no sabemos quién está gobernando la región, dado que el médico a quien elegimos no solo no informa oficialmente si tiene problemas de salud como se rumorea, tampoco ordena que lo represente el vicegobernador; más bien, insiste en burlarse de las normas y cede funciones indelegables a su amigo partidario Jesús Torres, quien recientemente se reunió con el ministro y viceministro de Agricultura para firmar un acuerdo.
Esta situación empieza a afectar el desarrollo de proyectos el Consejo Regional e incluso las compras por la pandemia. La ausencia del gobernador ha creado un conflicto con los expedientes referidos a adquisiciones de emergencia por el COVID-19, las mismas que necesariamente requieren el visto bueno -en este caso- de García.
Lamentablemente, pese a esta grave falta de respeto a Piura, el Consejo Regional tarda mucho en proceder según sus atribuciones. Sus integrantes llevan muchos días “evaluando” realizar hoy o mañana una sesión ordinaria para adoptar acciones concretas en caso de que se compruebe que estamos ante un flagrante vacío de poder.