Conforme pasa el tiempo, crece la incertidumbre sobre la llegada de las vacunas al país. El presidente Francisco Sagasti y la ministra Pilar Mazzetti le deben al país una explicación franca y clara sobre las negociaciones que, definitivamente, no están teniendo la celeridad que se requiere. Y es que, hasta el momento, el país solo ha recibido expresiones de buena voluntad, imprecisiones y declaraciones poco realistas.
Todo parece indicar que desde el Gobierno de Martín Vizcarra el Minsa no nos estuvo hablando con franqueza sobre las negociaciones, situación que lamentablemente continúa en el Gobierno de transición. Lo cierto es que la supuesta ventaja que el Perú tenía por su alta tasa de contagios y al haber sido elegido por muchos laboratorios para los ensayos clínicos de sus vacunas, no se ha traducido en millones de dosis para inmunizar al país -que en agosto llegó a tener la más alta tasa de mortalidad del mundo por COVID-19-, mientras enfrenta ahora la amenaza de una segunda ola.
Lo mínimo que puede hacer el Ejecutivo es dar respuesta al llamado de alerta del Antonio Pratto, integrante del Comando Vacuna: el equipo del Estado que ha estado negociando el tema de vacunas no ha conseguido hasta ahora lo que sí han logrado otros países.
Mientras naciones, como Argentina, Brasil y Chile, ya hablan de una vacunación antes de fin de año, el Perú aún sigue evaluando cómo resolver una posible segunda ola de contagios y, en cuanto a vacunación, lo único concreto es el acuerdo con Pfizer que ni siquiera tiene fecha segura de llegada.
Otra pregunta se hace el país: ¿por qué no se atendió la propuesta del Comando Vacuna formulada desde junio para que la Cancillería firmara acuerdos no vinculantes de compra con laboratorios distintos que elaboraban tres o cuatro prototipos de vacunas que ya estaban en tercera fase. ¿Por qué no se abordó la propuesta con la debida urgencia y seriedad?
Ahora urge un sinceramiento del Estado, que nos diga en qué nivel están las negociaciones para poder planificar un 2021 sin vacunas o con una reducidísima cifra de inmunizados.
