¿Por qué parece que el Congreso está dando un paso atrás en el intento de vacar al presidente Castillo? La respuesta sería doble: por un lado, el cálculo numérico ya no favorece tanto al núcleo de la oposición que hasta el domingo tenía toda la fuerza moral para provocar la caída de Castillo y su cohorte.
Luego del desengaño de los audios del programa “Cuarto Poder”, muchos políticos han hallado el pretexto para intercambiar lealtades y racionalizar su “apoyo a la democracia”. Hemos oído los comunicados de Alianza Para el Progreso, de un sector de Acción Popular, del mismo oficialismo que ahora votará en bloque contra la defenestración del mandatario. Han aprovechado la situación -que debilita la posición de la prensa- para quitarse la careta de opositores. Como lo ha reconocido la propia presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, no hay un ánimo uniforme de ir por la vacancia.
Por otro lado, voces asociadas al ya aludido núcleo duro de la oposición reconocen que la moción cuya admisión se debatirá hoy carece de ciertos argumentos, como las referencias a los hechos recientemente conocidos (las visitas a la casa de Breña, las millonarias licitaciones, la conformación de un círculo de cuestionables sujetos, etc.), por lo que lo más prudente sería presentar una nueva moción que incluya los nuevos indicios de incapacidad moral. En ese sentido, se entiende que el aparente debilitamiento de la posición congresal es, en realidad, una cuestión táctica que no debería preocupar a quienes apuestan por la solución política más extrema, sino a aquellos que sostienen la tesis de que mantener a Castillo en el poder es salvaguardar las formas democráticas. En otras palabras, si la moción de vacancia no fuera admitida hoy, no será una victoria para el mandatario, sino una prolongación de la crisis porque la segunda arremetida será mucho más estudiada.
Mientras tanto, el país sigue en vilo, sometido a un enorme estrés, con una economía impredecible y sin solución en el corto plazo. Además, la pandemia, la vacunación y la preocupación por las nuevas medidas han desaparecido del foco público. El tema político, ciertamente, define todos los demás asuntos mencionados, por lo que urge que se llegue a una solución que permita reiniciar la marcha del país. Tenemos una tercera ola encima.
