Cuando se pregunta a los economistas de todo el país qué pasará con el Perú en el 2024, las respuestas suenan a un “bueno, sí, pero…”. Es decir, el bienestar que se vislumbra solo en los números está sujeto a condicionamientos tan fuertes que, incluso, son mucho más determinantes que cualquier lectura matemática. Y estos factores “realistas” no son precisamente los más alentadores.
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Por ejemplo, un primer aspecto que los consultados por El Tiempo mencionan como determinante para el rumbo económico del próximo año es el clima. En otras palabras, en cuestión de progreso, de control de la pobreza y de mejoras materiales, El Niño tendrá la última palabra.
Ciertamente, El Niño Costero será una de las primeras crisis que, en teoría, enfrentaremos no solo con lluvias, sino también con alteraciones climáticas que están provocando en este momento cambios en la población marina, alejando a algunas especies y trayendo en contraparte otras. El calor que se registra recientemente también trae consigo problemas de salud que tienen un impacto económico evidente. Pero no es lo único que obligaría a replantear nuestro optimismo -si es que aún somos optimistas-.
El segundo factor necesario es la estabilidad política. Los economistas repiten como un mantra que sin estabilidad -es decir, inmersos en conflictos políticos o sociales, o con éstos no encauzados por los canales legales vigentes- no hay inversión.
Habría que preguntarnos, entonces, qué escenario es preferible para la llegada de capitales: uno en el que Boluarte gobierna como quiere o puede, o el Congreso hace las leyes que mejor se ajustan a sus intereses, y los peruanos postergamos la rabia y la decepción por temor a ahuyentar la plata.
O tal vez este otro en el que los peruanos presionamos por un saludable adelanto de elecciones para recomponer las relaciones políticas. Como cuando uno ve un caño que no cierra bien, pero se resiste a hacer el cambio de llave porque el dueño del ambiente no permite modificaciones.
¿Dejará esa persona que el goteo se prolongue eternamente, aunque a la larga eso sea molesto y derrochador? ¿O se arriesgará a hacer una inversión express para mejorar sus condiciones de vida?
El tercer elemento es el entorno internacional, pero es algo que no podemos controlar.
