Más de lo mismo. Es evidente que la maratónica visita de ayer del presidente Pedro Castillo a Piura, no fue para felicitarnos por el 490 aniversario de fundación, ni para pedir disculpas por dejar a la región sin financiamiento para el Hospital de Alta Complejidad o dar explicaciones por las leyes populistas de su Gobierno perjudiciales para las mypes piuranas, tampoco vino para atender con recursos las urgentes necesidades de la agricultura afectada por la escasez de agua y el retraso en la llegada de la urea.
Aún estando en una región eminentemente agrícola, no hizo un mea culpa ni dijo una palabra sobre la pésima gestion del Midagri en la adquisición de fertilizantes. Llegó para decir generalidades ya repetidas por gobiernos pasados, respecto a la posibilidad (bien remota) de que Piura vuelva a tener una planta de fertilizantes.
Siguiendo el libreto de sus asesores leyó-anunció “la voluntad” de su Gobierno para hacer realidad este anhelo. Repitió lo que ya sabemos, que en Sechura hay fosfatos y que los exportamos en bruto y se deberían usar para que Perú empiece a producir sus propios fertilizantes, como países vecinos. Por supuesto no dijo si esa “voluntad política” de su discurso en Bayóvar se traducirá en inversión del Estado para el proyecto, ni cuándo.
Tampoco dijo -porque no le conviene- que un proyecto como este demora muchos años en hacerse realidad, es decir, en este momento no es ninguna solución para la falta de urea, menos para la escasez hídrica o construcción de canales, tan necesarios para el agro regional.
Tal como informamos ayer, actualmente hay problemas de infraestructura de riego, acceso a los abonos y desabastecimiento de agua, agudizados en los cinco valles piuranos por la crisis económica pero también por la incapacidad de los ministros de Agricultura y sus equipos.
En lugar de reunirse con los productores agrarios del Alto Piura para darles alternativas ante su dramática situación que los obliga a dejar de sembrar 12 mil hectáreas de arroz y menestras, o con los de San Lorenzo que han tenido que reducir sus cultivos de 3 mil ha a solo 925 -obligados por la falta de agua y la deficiente infraestructura-; lo que fue más urgente para el presidente ayer fue subirse a un estrado en Sechura para victimizarse ante las seis investigaciones en su contra.
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