A pesar de toda la crisis ocurrida la semana pasada, el presidente Castillo no parece dispuesto a ceder frente a la ciudadanía que le reclama transparencia: ha designado como nuevo ministro de Transportes y Comunicaciones a Nicolás Bustamante, un oscuro funcionario que pasó de servir en una municipalidad a ser secretario del MTC, a pesar de no contar con experiencia previa. Se le recuerda, no obstante, por presionar desde su buró para que se construya una carretera en el distrito de Anguía, en Cajamarca.
Bustamante, natural de Chota como el propio mandatario y gran parte de su círculo más íntimo, representa para algunos la arremetida de ese sector de gran influencia sobre Pedro Castillo, un sector que es incluso más influyente que los perulibristas de peso. ¿Empezaremos esta semana con una nueva crisis?
En el Congreso son incapaces de ponerse de acuerdo para presentar el pedido de admisión de la moción de vacancia presidencial y en las calles la opinión se reparte en porcentajes más complejos: casi el 80% de la ciudadanía está de acuerdo con que Castillo debería dejar el poder debido a su notoria incapacidad para gobernar y también por los escándalos de presunta corrupción que han dinamitado su prestigio político al punto de poner en peligro la gobernabilidad; no obstante, es un porcentaje ligeramente mayor el que pide también la salida del Congreso, esa agrupación de gente sin otro interés que conservar su comodidad, su poder y su apetecible sueldo de más de 15 mil soles por cabeza. El problema político alcanza a todas las estructuras y a los tres poderes del Estado por lo que la frase “que se vayan todos” se vuelve más nítida y razonable con el paso de los días.
Mientras tanto, se acerca la fecha de la presentación del gabinete y hay mucho que arreglar en el país, signo de que se están invirtiendo energías en el reforzamiento de un gabinete que no ha podido articular un plan coherente: en el sector salud, la “política” de vacunación -o lo que queda de ella- ha entrado en una fase crítica, como la atestiguan las madres que forman largas filas junto a sus pequeños hijos a la espera de la primera o segunda dosis de la vacuna para niños. ¿Qué espera el ministro Condori para resolver esto? ¿O se verá a sí mismo como el próximo ministro saliente y por eso ya no le importa hacer nada?