Luego del anuncio del ministro de Salud sobre el recorte del período de aislamiento (la “cuarentena”) a solo diez días, muchos ciudadanos desean saber si esta decisión tiene algún fundamento científico o si se trata de un capricho del Gobierno o una conspiración antilaboral. En esta edición ofrecemos las respuestas de algunos especialistas, quienes mayoritariamente coinciden en que la norma tiene sentido, pero -añadimos nosotros- de nada valdrá reformular los protocolos si aún no hemos comprendido la importancia de observar las medidas mínimas, las que podemos practicar con regularidad sin necesidad de otra orden que la del sentido común.
Si miramos hacia atrás en el tiempo, observaremos que no hemos sido lo suficientemente responsables en la lucha contra los efectos más devastadores de la pandemia y que continuamos viviendo bajo la regla del egoísmo que nos impide ver que las circunstancias individuales se han difuminado en la trama social, que ya no importa quién es uno o quién es el otro porque, a fin de cuentas, somos una misma cosa y las consecuencias nos arrastran a todos sin criterio alguno de justicia. Pretendemos saltarnos las medidas sanitarias, demandamos un tratamiento especial a los guardias de las tiendas que nos prohíben entrar sin carné de vacunación, nos amontonamos hombres, mujeres y niños con total indolencia ante la vida propia y ajena. Hacemos lo que nos dicen que no hagamos y luego rechazamos, en nombre de una falsa hipótesis, las salidas que nos da la ciencia.
El Gobierno ha determinado conveniente limitar a diez días el descanso médico porque existe evidencia de que la variante ómicron tiene una carga viral que decrece en poquísimo tiempo, y lo importante es controlar su virulencia en los primeros días. Dicho de otro modo, se piensa que diez días es el tiempo promedio de contagiosidad y que luego esto ya no se produce. ¿Quiere decir que nos acercamos al relajamiento de las medidas sanitarias? ¿Estamos en condiciones de replantear la lucha contra la COVID-19 como España, que ha decidido naturalizar este evento? No lo estamos; nuestro sistema de salud es bastante precario y carente de médicos. Si queremos pasar con vida esta tercera ola, debemos insistir en las medidas de protección e impedir que los hospitales y otros centros colapsen por pura irresponsabilidad.