En solo tres semanas terminará el año sin que se haya encontrado solución a una serie de problemas locales y regionales que siguen pasado desapercibidos, mientras los funcionarios y/o exfuncionarios implicados se han dedicado a eludir el escrutinio público aprovechando el ruido político generado desde Lima por los escándalos presidenciales y la consecuente inestabilidad en el ejercicio del poder.

A las irregularidades en diversas compras en pandemia, también en la adquisición de plantas de oxígeno para los hospitales de Santa Rosa, Sullana y la del centro de salud de Ayabaca, se suma el estancamiento de la obra del centro de salud de Máncora, como consecuencia del escándalo de corrupción de las cartas fianza falsas; y ahora el retraso de los trabajos en el hospital de Los Algarrobos, obra de más de S/57 millones que, según un informe de Contraloría, debió haber sido terminada en octubre, sin embargo, no tiene ni el 40% de avance.

Y solo se trata de algunas de las numerosas obras con problemas en el sector salud. En los últimos días el ente de control también ha encontrado irregularidades por parte de cuatro funcionarios de la EPS Grau que suscribieron un contrato para el servicio de mantenimiento preventivo de redes de agua y alcantarillado por más de dos millones y medio de soles con un postor que presentó información inexacta en su oferta y no cumplió con los requisitos de calificación exigidos por las bases.

Es innegable la gran labor que viene desplegando el ente de control, sin el cual muchas faltas y/o forados al erario de todos los piuranos seguirían ocultos. Sin embargo, urge que se intensifique la fiscalización y presión ciudadana para que las denuncias de contraloría se traduzcan en sanciones administrativas y penales, de ser el caso.

No puede ser posible que los pocos recursos, ya recortados por el Ministerio de Economía precisamente debido a la baja ejecución del gasto público e ineficiencia de los funcionarios regionales o municipales, se dilapiden aún más por delitos de corrupción.

Si a pocos meses de dejar el cargo, las autoridades de turno no son capaces de pedir disculpas a Piura y enmendar sus errores, no lo harán ni en su último día. Quienes sí podemos enmendar el rumbo eligiendo mejores autoridades somos los ciudadanos, el próximo año en las urnas.