A solo dos semanas de las Elecciones Regionales y Municipales, el ambiente político está tan movido e inestable que -en opinión de especialistas como el expresidente del JEE de Piura, Óscar Tuesta-, no se sabe ni siquiera quiénes van a pasar a segunda vuelta.
Todo indica que habrá un segundo round, pero los resultados entre encuestadoras dando la delantera a más de un candidato en una misma fotografía de momento, impiden tener una idea clara de qué postulantes al Gobierno regional pasarán.
También genera incertidumbre la alta cifra de indecisos que, según las mismas encuestadoras, es de 30%, una cantidad con la que nada está dicho, pues en procesos pasados estos votantes terminan endosando sus votos a quienes tienen más posibilidades de ganar.
Si tenemos en cuenta la primera rendición de cuentas de partidos y movimientos regionales, que comprende el periodo enero-agosto, se habrían gastado montos topes de 169 mil soles por agrupación.
Estos gastos -en opinión de los especialistas en temas electorales- no representan la realidad de lo que se observa, por ejemplo, en paneles publicitarios, afiches, dípticos, pintas en muros, anuncios impresos en paredes, spots en radio y televisión, campañas en redes sociales, entre otros gastos.
Como si no fuera suficiente con los escándalos de corrupción o ineficiente gestión de no pocas autoridades en ejercicio, nuevamente las municipalidades y GORE corren el riesgo de caer en manos de candidatos con paupérrimos planes y propuestas inviables, pero con inagotables campañas millonarias sumamente sospechosas.
Nunca como en esta campaña se ha visto tanta contaminación visual en Piura y las ciudades de la región, por eso preocupa la lenta reacción de las autoridades electorales.
¿No deberían estar investigando el costo de tanta propaganda para exigirles a los partidos y candidatos revelar el origen de los fondos? Lás últimas dos semanas de campaña son un tiempo clave para detectar y denunciar las jugadas nada santas de aquellos que pretenden llegara a los municipios y GORE solo para enriquecerse y pagar deudas de campaña. Si las autoridades y ciudadanos no les cerramos el paso ahora, después será muy tarde.
Poner al descubierto a esos financistas demasiado generosos, es una tarea de los JEE, ONPE pero principalmente del ciudadano en las urnas.
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