El colapso de la crisis del sistema de salud piurano como consecuencia de un pésimo manejo de la emergencia por parte del MINSA, es solo una preocupante muestra del debilitamiento generalizado del Estado “liderado” por una mandataria que accedió al gobierno por la izquierda, gobierna por la derecha, pero no recibe apoyo de ninguna fuerza política. Lo único que recibe son muchas presiones.

Mientras tanto, los ciudadanos -tal como lo advertimos en nuestra edición de hoy- navegamos a duras penas entre el limbo y la falta de rumbo en los diversos sectores.

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En seguridad ciudadana, ante la lenta reacción y pobre estrategia policial, a los delincuentes les resulta sumamente fácil robar motos y autos en las calles de las principales urbanizaciones de Piura, Castilla y Veintisésis de Octubre. Los agraviados, que acuden a denunciar los robos más preocupados por no verse implicados en delitos que en la recuperación de sus unidades, saben que más allá de obtener una copia de la denuncia y dejar su número de celular, todo es mero formalismo y nunca o casi nunca vuelven a ser contactados por la “unidad policial especializada”. Esa esperada llamada de la entidad PNP para avisarles “recuperamos su vehículo”, no llega nunca. Lo que siempre llega es el papel diciendo, su caso se archivó.

Por indignante que resulte, los piuranos no están seguros ni siquiera en sus casas. A tono con la crisis moral, económica, sanitaria, política y la urgente necesidad de liquidez de parte de las familias; el hampa ya no se molesta en salir a buscar víctimas en la calle, evolucionó y ahora lo hace mediante apps para “préstamos”.

A mayo de 2023, la SBS ha reportado una lista con 26 aplicativos de préstamos informales identificados. Y los delitos siguen creciendo. De setiembre 2022 a abril de este año, la entidad recibió 876 denuncias de usuarios de diversas regiones que prefieren estar sometidos a cobros extorsivos por dinero que, en muchos casos, jamás solicitaron.

Como decíamos al inicio, a causa de la inacción y debilidad del Ejecutivo, Piura y el país no solo afrontan la peor crisis sanitaria por dengue más grave de que se tengan noticia; todos los sectores retroceden. En los valles de la región, por ejemplo, más de 11 mil hectáreas de cultivo corren riesgo de perderse por las altas temperaturas. El Estado solo brilla por su ausencia.