En el país, más aún en Piura, la vacunación avanza a cuentagotas. Si bien el Gobierno trabaja para asegurar las dosis para todos los peruanos, nada nos asegura que este año toda la población esté inmunizada porque el ritmo de la entrega de las mismas, y las reglas del mercado en general, las ponen las propias farmacéuticas. Los contratos siempre son favorables a sus intereses.
¿Todo sería mejor si se liberan las patentes? Por supuesto, y la esperanza de lograrlo crece luego que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya anunciado su apoyo a este pedido de varios países ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para suspender temporalmente la propiedad intelectual (patentes) de las vacunas desarrolladas contra el Sars-CoV-2.
Aún con el apoyo de una de las potencias mundiales y de diversos países, la presión no logra el nivel que se necesita para que las farmacéuticas, las principales opositoras, den su brazo a torcer. Y es que tener el monopolio es su principal incentivo para sus inversiones millonarias. Sin el monopolio, perderían su poder para imponer sus reglas de juego y multiplicar sus ingresos.
Los laboratorios argumentan a su favor que liberar patentes podría dañar su modelo de negocio, además de que con esto no se solucionan los problemas de distribución a corto plazo, pues se requieren medios y conocimientos técnicos muy avanzados para poder ponerlas a disposición de la gente en cualquier parte del planeta.
Al respecto, EE.UU. se compromete a apoyar a la OMC, lo que se suma a la propuesta que presentarán la India y Sudáfrica a fines de mes en la reunión del consejo sobre los acuerdos de propiedad intelectual y que ya cuenta con el apoyo de más de 100 países.
¿Cuál ha sido la actitud del Perú al respecto? Salvo las promesas netamente demagógicas de “liberar las patentes”, hechas por Yonhy Lescano de AP (como si ello dependiera de él), nuestra nación se mantiene al margen y aún no fija postura.
Es saludable que la Defensoría del Pueblo haya pedido al Gobierno, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, fijar su postura sobre esta liberación que ayudaría a una mayor producción y comercialización de las vacunas. También le pide informar en detalle la posición de la participación del país en los debates relacionados al tema, así como sobre los tratamientos y otras herramientas sanitarias contra la enfermedad. El Ejecutivo no puede seguir callando.