Casi 870 niños han fallecido en el país en lo que va de la pandemia debido a la COVID-19, como consecuencia de la precariedad del sistema de salud peruano, pero también a que no han sido vacunados aún.
Según cifras del Minsa, a nivel nacional 860 perdieron la vida entre la primera y segunda ola pandémicas.
En lo que va de la tercera, en pleno contagio exponencial de ómicron, se disparan las cifras de niños infectados y la mayoría sufre cuadros leves, pero no por ello deja de haber niños fallecidos, la cifra se acerca a 10, y podría volver a aumentar si no se vacunan.
Las investigaciones demuestran que los menores de edad también podrían sufrir cuadros graves de la enfermedad si no están debidamente vacunados, principalmente los que presentan comorbilidades, ya que este virus seguirá mutando. De hecho el pasado 15 de marzo un niño de Sullana de solo 4 años perdió la vida en el hospital de campaña instalado en el estadio Campeones del 36.
El mensaje que deja este lamentable caso y el de más de 800 niños peruanos fallecidos que no tuvieron la suerte de ser inmunizados, 64 de ellos piuranos, debe llevar a reflexión a las madres y padres de familia de la región sobre su papel clave en este tramo de la lucha de la sociedad piurana por preservar la salud, la vida y para asegurar la reanudación de las clases escolares presenciales el próximo 28 de marzo.
Hoy, día del inicio oficial de la vacunación de niños de 5 a 11 años en Piura, especialistas consultados por El Tiempo recuerdan a padres, madres y tutores, que la vacuna Pfizer es segura y confiable para los pequeños de este rango de edad, como lo viene siendo para los adultos. Las investigaciones muestran que esta vacuna especialmente fabricada para niños tiene una eficacia del 91% en la prevención de la COVID-19.
Cualquier reacción leve, como las que experimentan los adultos, es irrelevante comparada con los beneficios. Además de evitar que los más pequeños de la casa sufran cuadros graves de la enfermedad y facilitar un regreso seguro a las aulas, para tranquilidad de las familias, se cortará significativamente la cadena de contagio, ayudando a evitar la aparición de nuevas variantes.