El Gobierno necesita dejar su ceguera respecto a la inseguridad, de lo contrario el accionar de las organizaciones criminales se tornará inmanejable. Si en materia económica por fin se quitó la venda de los ojos y admitió que el país está en una grave situación de recesión, es de suma importancia que haga lo mismo en cuanto a la lucha contra la inseguridad.
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No solo necesita sincerar las cifras en cuanto a la irrisoria asignación de recursos aún en los distritos declarados en emergencia, sino replantear sus estrategias muchas de las cuales son, en opinión de los especialistas, ciertamente populistas y alejadas de la realidad.
En ese sentido y con la autoridad que le da el haber sido general de la Policía, el también exministro del Interior, Remigio Hernani, considera “un chiste o una tontería” la propuesta de imponer 30 años de cárcel por robar un celular. Basta con saber sumar para darse cuenta que si en el país se roban más de 4.500 celulares al día, para aplicar esta norma se necesitarían más de mil cárceles para albergar a los detenidos, y no las hay.
¿Esto es viable? ¿Se logrará ganar la lucha contra la inseguridad? No, como tampoco se logrará acabar con el accionar de delincuentes venezolanos con un decreto que les da plazo hasta el 10 de noviembre para dejar el país.
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Seamos realistas, si la Policía no ha podido hasta ahora diezmar a los cabecillas de las redes criminales que operan en el país, precisamente por falta de apoyo del Gobierno y poca eficiencia del ministro del Interior y del comandante general PNP, menos podrán identificar, ubicar, detener, procesar y repatriar masivamente a los extranjeros que delinquen. La Municipalidad de Piura en la gestión anterior lo intentó pero no tuvo eco en el sector Interior.
Es bueno que el Gobierno comunique cuántos crímenes menos se cometen tras la declaratoria de emergencia, pero ello no le exime de su obligación de tener voluntad política para invertir en la Policía y fortalecerla en su lucha contra la inseguridad. Sin recursos económicos no se puede hacer mucho. El ministro en lugar de salir a defender a su Policía, “no suena ni truena”.
El Gobierno debe admitir que las medidas populistas no disminuyen la inseguridad. Los que solucionan son los policías detectives que capturan a las bandas criminales […] Pero ello cuesta.