El problema que no entiende cierto sector de la izquierda, retrógrada e ignorante de la economía, es que las mypes son las que sostienen la empleabilidad del país, y un 60% de ellas en Piura caerían si es que se imponen tremendas ideotas, como aquella de no importar productos en los que, supuestamente, somos campeones originarios. La realidad no es así.
El exministro de Comercio Exterior, Edgar Vásquez, explica en un hilo de Twitter que las papas, por hablar de un producto emblemático del país, no se importan –como imaginan Castillo y Cerrón- como tubérculos en estado puro.
Si tal fuera el caso, tendría lógica defender la producción nacional. Pero en realidad llegan a nuestro país convertidas en bastoncitos para las comidas rápidas. La importación del tubérculo para hacer papas fritas solo representa al 0,4% del mercado. Por el contrario, la producción nacional sí abastece a más del 99% de la nación. La importación de papa no es un problema de reivindicación nacional ni de explotadores ni de dependencias ochenteras que aún vociferan en la cabeza de Pedro Castillo.
Lo que se debe atacar es la sobreproducción de papa en el país, que provoca precios bajos y pobreza. Pero no cerrar las importaciones porque su impacto es mínimo para la economía peruana. Se debe promover la exportación de papa que llega, por ejemplo, a los mercados de Europa –donde las delicatessen del Nuevo Mundo siguen asombrando a naciones agrisadas por el consumismo, el esmog y que buscan en la naturaleza una reconexión con el mundo. Aun así, en el 2020, la cantidad de papa exportada a Europa fue de 3,2 mil toneladas (el 0,06% de la producción, afirma el exministro Vásquez).
Como decíamos, el problema no es la importación de papas, ni que la papa esté “secuestrada” por el mercado extranjero. El problema es que los candidatos que dicen representar a la izquierda radical, pero que serían la vergüenza de Marx y sus verdaderos herederos ideológicos, no saben de matemáticas ni economía básica. Si el futuro del país queda en manos de un profesor con problemas para calcular estos temas tan básicos para el funcionario del país, ¿qué podríamos decir? ¿Quién gobernará realmente? ¿El médico Cerrón? ¿Los asesores de corbata roja y guantes blancos? Que no nos engañen: Castillo representa el mal ejemplo de político de izquierda y su paso a la segunda vuelta es la mejor jugada de quienes no quieren que nuestro país cambie en serio y se enrumbe a la modernidad.