Conforme avanzan las investigaciones van saliendo a luz las prácticas propias del hampa con que operaba al interior del Gobierno Regional de Piura, una red mafiosa presuntamente creada por el investigado exgerente general Jesús Torres Saravia, la misma que a pesar de no ser oficial ni estar incluida en el organigrama del GORE -para no despertar sospechas-, figuraba con el pomposo nombre de “Equipo de seguimiento y monitoreo de los proyectos de inversión del pliego regional”.
Resulta que en plena emergencia mientras miles de familias piuranas rezaban para no contagiarse, salir con vida del COVID-19 o conservar el trabajo en medio de una de las peores crisis sanitarias y económicas, en la entidad regional, en lugar de gestionar recursos para dinamizar el empleo mediante obras e inversión pública, algunos funcionarios se dedicaban a perforar las arcas del Estado.
Según las investigaciones todo apunta a que existió un acuerdo entre los ahora exfuncionarios del GORE investigados y contratistas como MNDC presumiblemente para asegurarles que ganen la buena pro y adelantos de pago, a cambio de coimas millonarias.
En el caso del Centro de Salud de Máncora, se iba a pagar un soborno de más de tres millones de soles. Al parecer esta fue la razón por la que la cuestionada empresa contratista no tuvo obstáculos y resultó ganadora, además logró cobrar un jugoso adelanto, no obstante tener cartas fianza falsas.
Y así, asegurado el pago de los “servicios”, el trabajo del Equipo de monitoreo, por orden superior, era presionar a los funcionarios clave visitándolos para agilizar los trámites de pago.
La pregunta se cae de madura. Durante el tiempo que logró operar esta red u oficina paralela a las diversas áreas y gerencias, cuánto de dinero de coimas logró recaudar. Se sabe que al momento en que los delitos empezaron a ser descubiertos, los encargados de agilizar los pagos estaban a punto de lograr un nuevo pago millonario por la obra del centro de Salud de Tacalá
Otra de las incógnitas que la Fiscalía debe despejar en su compleja pero valiente investigación es si ¿el gobernador no sabía de las movidas nada santas de su hombre de confianza, el gerente general?