Las heridas causadas al país por la pandemia se han agravado por la crisis política y sobre todo por el clima de incertidumbre que nos envuelve al desconocerse -casi una semana después de las Elecciones- cómo el nuevo presidente dará forma a su plan de gobierno, principalmente en el área económica.
Algunos economistas señalan que el daño ya está hecho, la economía está impactada, estamos en caída por el mal manejo del aparato estatal desde anteriores gobiernos, a lo que se ha sumado la pandemia, la crisis de gobernabilidad del año pasado y ahora la polarización e incertidumbre al no conocerse lo que hará el virtual nuevo mandatario para enrumbar al país.
No es que ni bien asuma el mando, las cosas se arreglarán y todo empezará a progresar. Antes debe hilar fino, entiéndase aplicar políticas económicas inteligentes, de lo contrario el país pasará hambre, pues actualmente la economía está en caída. La situación es muy seria como para cometer errores.
La pobreza aumentó de 20% a 30% de 2019 a 2020; la informalidad laboral, de 72% a 76%; la desigualdad en la distribución del ingreso empeoró, hemos retrocedido una década, según un estudio de la Universidad del Pacífico.
Para los analistas más optimistas, tal vez los recientes mensajes de mesura dados por Pedro Castillo ayuden a que el dólar baje, aunque si quiere que este y la Bolsa de Valores se estabilicen, tendrá que nombrar ministros que den la talla y hacer lo propio en puestos clave del sector público, asimismo destrabar grandes proyectos y promover de inmediato un shock de inversión privada, no solo de proyectos mineros, sino agrícolas, portuarios y de aeropuertos, que están entrampados.
Si bien la inflación y el incremento de precios de los alimentos siguen en alza y seguirán, hay fortalezas. Tenemos reservas internacionales netas de 77 mil millones de dólares (30% del PBI), la situación fiscal “no es desesperada y tenemos un guardadito importante que podría usarse”, según el economista Joge Gonzales Izquierdo. El aumento de precios de los metales en el extranjero así como la harina de pescado, son otros impulsos para crecer.
Lo que corresponde a las actuales autoridades y a la población, por el bien del Perú, es promover lo antes posible un clima de unidad, reconciliación y estabilidad. Con la actual polarización, todos perdemos.
