Con el inicio -ayer- de la vacunación de menores de 12 a 17 años contra la COVID-19 en Tumbes, los ojos de las familias piuranas se fijaron en el Ejecutivo, específicamente en el Ministerio de Salud, el cual no solo ha cuestionado esta jornada sino que ha señalado que en el país la inmunización de este grupo etario tal vez empezará recién a fin de año.
La polémica está desatada. Si bien el gobernador de esa región fronteriza, Wilmer Dios, ha señalado que se trata de una “vacunación mucho más delicada” que por tanto “tiene que analizarse y manejarse con mucho cuidado”, la ha avalado a pesar de que en la víspera el ministro Hernando Cevalllos expresó que no hay ninguna directiva del Ministerio de Salud para vacunar a los menores de 12 a 17.
Así el panorama, y con el fin de mantener la calma y el orden que está logrando progresivamente el proceso de vacunación, es urgente que el Minsa investigue y determine qué ha pasado en la región Tumbes. Si el titular del sector Hernando Cevallos asegura que no hay ningún dispositivo para vacunar a dicho grupo etario, entonces ¿las autoridades tumbesinas responsables de la vacunación están cometiendo una grave infracción que podría causarles problemas legales?
Por ahora los responsables y las sanciones que les corresponde -si fuera el caso- no es lo urgente, sino que el Minsa y las Direcciones de Salud coordinen mejor el trabajo, para no tener que llegar a este tipo de situaciones que lo único que hacen es generar confusión y caos. E incluso podrían incentivar nuevos ‘vacunagate’ como lo ocurrido en una clínica de Lima, donde el personal de salud se facultó a vacunar a menores de edad, teniendo como requisito haberse vacunado en primera dosis en el extranjero.
Casos de vacunados con privilegios también podrían derivarse de la vacunación no autorizada de niños en Tumbes. De hecho, en las últimas semanas son cada vez más fuertes los rumores de menores piuranos que estarían siendo llevados a vacunarse en la región vecina.
Es obligación del Minsa dar las explicaciones que corresponde, de lo contrario el caso tumbesino podría generar falsas expectativas en Piura, donde miles de padres y madres de familia naturalmente anhelan que se inmunice a sus hijos cuanto antes, para protegerlos ante un eventual regreso a las aulas, ante la presencia de la variante Delta en la región y, por supuesto, debido a la amenaza de la tercera ola.