Las consecuencias de que el Congreso siga siendo un convidado de piedra, como hasta ahora, podrían ser gravísimas para el país. Tal como se lo están advirtiendo no solo diversos líderes de opinión y medios de comunicación en el país, sino también la prensa internacional; el sueldo y privilegios por los que muchos parlamentarios siguen vendiendo sus votos, podría significar para los peruanos, convulsión social y más hambre para la población, especialmente la de más bajos ingresos.
Si antes podían hacerse los desentendidos, los acontecimientos de los últimos días han generado una situación más tensa que los obliga a definir de qué lado están. O rompen el cordón umbilical que aún los une con el presidente investigado por liderar una presunta organización criminal, o siguen blindándolo y condenan al país al caos.
La exhortación que ha lanzado al Parlamento el periodista de CNN, Fernando del Rincón, es una seria advertencia que no debe pasar desapercibida. En su redes sociales el conductor de televisión les recuerda que el mandatario y su premier “están incitando ya a las bases, prácticamente están declarando enemiga a la Fiscalía (de la Nación) y a la fiscal”. Esto, sumado al ataque diario a los medios de comunicación -enfatiza- completa el libreto ya usado en otros países (ahora sometidos por dictaduras). Es decir, si los congresistas cómplices que se entretienen discutiendo sobre conatos de bronca, no reaccionan, “el país se puede incendiar” y ellos serán los responsables directos.
El llamado de Torres a dirigentes de las regiones a llevar a Lima por lo menos cincuenta personas cada uno para poner “de rodillas a los golpistas” y así tener una “Constitución que beneficie a todos”, (según el periodista) “ya lo hemos visto en otros países y ya sabemos cuáles han sido los resultados”.
Aún están a tiempo de asumir el papel histórico que el país les exige para salvar al Perú, ahora que Castillo y su Gabinete intentarán manipular como nunca antes a la opinión pública, especialmente a los más golpeados por la pobreza, más aún cuando la Fiscalía vaya por la primera dama y otros integrantes del círculo íntimo presidencial. No cabe duda que la mayoría del país respalda la actuación del sistema de justicia y no a un Gobierno indefendible. ¿Los Niños y compañía de qué lado están?