Editorial: Atender la demanda de una región es un deber

El puente Andrés Avelino Cáceres -el de las barandas de plástico y el que más ha sido afectado por las crecientes del río Piura-, se cerró ayer arbitrariamente y desde muy temprano; esto ocasionó un tremendo caos vehicular en el puente Eguiguren hacia donde descargó el tránsito de Castilla a Piura y viceversa.
¿Era necesario cerrar este viaducto para organizar una ceremonia de entrega “simbólica” de un cheque del presidente Martín Vizcarra para las defensas del río Piura? Desde el punto de vista de los transportistas, trabajadores y vecinos que se quedaron atorados en el caos, no era necesario ni tampoco el lugar apropiado para una ceremonia. Claro que los insultos y reprimendas no pararon.
Desde nuestra óptica, creemos que nos equivocamos al organizar, en cada visita del presidente o ministros; vistosas ceremonias y estrados que llevan al cierre de vías para resaltar una acción que no es una dádiva ni un favor, sino un deber del Estado de atender las demandas de la región.
Aquí nos hemos acostumbrado a halagar lo que es una obligación, sobre todo, cuando han pasado más de dos años del desborde y la reconstrucción sigue solo como promesa.
Escrito por: José Neyra Moncada

José Neyra Moncada
Director de El Tiempo