Alrededor de 2 millones y medio de personas mueren al año por enfermedades relacionadas con el trabajo, mientras que unos 330 mil fallecen a consencuencia de accidentes laborales, indica un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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Estos cerca de 3 millones de trabajadores están relacionados en su mayoría con enfermedades cardiovasculares (32,3 %), y en otra proporción se deben a neoplasias malignas o tumores (27,5 %), dolencias respiratorias (14,2 %) y las heridas en accidentes de trabajo (11,2 %).
De acuerdo con el estudio de la OIT, los principales riesgos laborales que pueden llevar a fallecimientos relacionados con el trabajo, siendo el mayor la exposición a largos horarios (más de 55 horas semanales), que se calcula contribuyó a 744 mil muertes en 2016.
Otros problemas que se observan son la exposición a partículas, gases y humo en el aire (450 mil fallecimientos en el año estudiado), a asbesto (209 mil), o a silicio (42 mil).
La mortalidad laboral es mucho mayor en hombres (108,3 casos por 100 mil trabajadores) que en mujeres (48.4 casos), e indica que un 63 % de estos fallecimientos se concentran en la región de Asia-Pacífico, también la que tiene una mayor población activa en el mundo.
Propuesta de la OIT
Con el fin de frenar estas tendencias la OIT ha adoptado la nueva Estrategia Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo para el periodo 2024-2030, con el objetivo de «promover, respetar y hacer realidad progresivamente el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable», destacó la organización.
La estrategia descansa en tres pilares: mejorar los marcos nacionales de seguridad y salud laboral, reforzar la coordinación, la asociación y la inversión en esta materia, y optimizar los sistemas de gestión en los lugares de trabajo, adaptándolos mejor a riesgos específicos de cada ocupación.
El Dato
- La población activa mundial ha aumentado un 26 % en las dos últimos décadas, es decir, hasta 2019, pasando de 2.750 millones a 3.460 millones de trabajadores.