El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) aprobó la Circular N.º 0022-2025-BCRP, que oficializa el nuevo Reglamento General del Sistema Nacional de Pagos, una actualización decisiva para adecuar el mercado local a los estándares globales de digitalización financiera. La norma, que reemplazará el marco vigente desde 2010, entrará en vigor el 1 de abril de 2026 y buscará consolidar un sistema más seguro, interoperable y competitivo.
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El esfuerzo del BCRP se sustenta en la necesidad de responder a la acelerada expansión de los pagos digitales, así como al ingreso de nuevos actores tecnológicos. La Ley de Pagos, modificada mediante el Decreto Legislativo N.º 1665, otorgó al Banco Central facultades ampliadas para ordenar un ecosistema donde billeteras electrónicas, transferencias móviles y aplicaciones de pago forman parte de la vida cotidiana. Sólo en 2024, los usuarios realizaron en promedio entre 10 y 15 operaciones mensuales a través de Yape o Plin, una tendencia que continuará en alza.
Para el economista Willard Hidalgo, este cambio regula una evolución natural: “Los medios de pago han cambiado a lo largo de la historia. Lo que antes fue sal, ganado o cereales terminó transformándose en monedas, billetes y hoy en mecanismos digitales. Con la modernización, el dinero será completamente virtual”, afirma.
Interoperabilidad
Uno de los pilares del reglamento es la interoperabilidad plena. El BCRP establece obligaciones claras para que las entidades permitan operaciones entre diversos aplicativos, sistemas o acuerdos de pago sin restricciones. El objetivo es eliminar barreras, reducir fricciones y fomentar un entorno más abierto.
Hidalgo subraya que esta apertura busca ampliar la competencia y reducir costos. Aunque el Banco Central no fijará tarifas, podrá solicitar sustentos y ordenar ajustes cuando detecte barreras.
“La única forma de bajar precios es generando competencia. Si una billetera cobra menos, los usuarios migrarán y eso obliga a los demás a adecuar sus tarifas”, indicó.
Protección de datos
El BCRP refuerza las exigencias de ciberseguridad, autenticación y gestión de riesgos. Las entidades deberán reportar incidentes operativos y adoptar protocolos que aseguren continuidad y protección del usuario.
Banca abierta y digitalización
La actualización normativa también abre paso al modelo de banca abierta (Open Banking), que permite compartir información financiera del usuario —previo consentimiento— con distintas entidades autorizadas.
Para Juan José Marthans, exsuperintendente de la SBS, este avance es coherente con la transformación del sistema mundial: “Todo lo que esté alineado con la digitalización, transparencia y bancarización es bienvenido. Perú ingresa al estándar internacional que aplican países como Brasil o México”.
Marthans descarta que este proceso derive en costos adicionales para el usuario: “No debería significar ningún gasto extra. Se trata de transparentar información propia y compartirla con varias entidades para mejorar la experiencia del cliente”.
El economista enfatiza que el reto se centrará en el adecuado manejo de datos: “Siempre existe riesgo de mal uso, pero el valor agregado es mucho mayor. El Banco Central coordinará con la SBS e Indecopi para garantizar un manejo responsable”.
Supervisión
El reglamento otorga al BCRP mayor capacidad inspectiva. Las entidades podrán ser revisadas presencialmente o de forma remota y enfrentarán sanciones de hasta 20 UIT por incumplimientos o información incorrecta. La supervisión se extenderá también a las Entidades de Servicios de Pago, que deberán obtener autorización o registro según su rol y manejar requerimientos mínimos de capital.
La adecuación será progresiva. Las entidades con operaciones superiores a S/100 millones tendrán plazo hasta junio de 2026; quienes superen S/60 millones deberán adaptarse hasta septiembre; el resto lo hará hasta diciembre. Durante ese periodo, podrán seguir operando mientras gestionan sus obligaciones regulatorias.
Un salto estructural
El nuevo reglamento del BCRP no sólo ordena el crecimiento acelerado de los pagos digitales, sino que construye un entorno más competitivo, seguro e integrado. Para ambos especialistas, el país ingresa a una etapa clave que dinamizará transacciones, ampliará la competencia y acercará al Perú a los estándares globales.











