En la gran mayoría de páginas web, servicios o aplicaciones los usuarios tienen que introducir una serie de datos personales que, de no protegerse adecuadamente, acaban por internet al alcance de cualquiera.
Por mucho cuidado que se tenga a la hora de proteger los datos personales, es prácticamente imposible mantener una seguridad digital completa. Cada vez que se abre una nueva cuenta o perfil en un servicio, datos personales como nombre, correo electrónico o el número de tarjeta de crédito, entre otros, son requeridos.
Aunque se cambie de aplicaciones y páginas web, aquellas que han sido utilizadas anteriormente siguen teniendo los datos personales de sus usuarios guardados en la red.
Lo primero es hacer una limpieza de aplicaciones. Seguramente en los teléfonos móviles haya aplicaciones que ya no se usan. Estas «apps» no solo ocupan espacio en el dispositivo, sino que recopilan una gran cantidad de información sobre el usuario.
Muchas de estas aplicaciones tienen permiso para acceder a distintas funciones del teléfono que no deberían tener, como el micrófono, la cámara o la ubicación.
La ubicación del usuario es un tema delicado, pues no hay muchas razones para que el teléfono transmita constantemente la ubicación. Al rastrear los movimientos, esta función recopila información como los recorridos regulares del usuario, dónde trabaja, dónde va a comprar o dónde vive.
Desactive
Es posible que la función de ubicación no esté activa en todos los servicios, pero para asegurarse que dicha información no se quede en la red, es recomendable desactivar la función en todo el teléfono y solo encenderla SOLO cuando sea necesario.
Datos
* Hay que limpiar las redes sociales. Estas plataformas son las que más datos personales recogen. Las empresas de redes sociales llegan a crear un perfil bastante preciso recopilando toda la información que tienen de sus usuarios.
* No use una de las cuentas de redes sociales para iniciar sesión.