¡Que se vayan todos!

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Frente a la agudización de la crisis política, con amenaza de que el Ejecutivo cierre el Congreso, empezó a tomar fuerza la propuesta de adelanto de elecciones. Es decir, ¡que se vayan todos! Pues ambos poderes (ejecutivo-legislativo) tienen altos índices de desaprobación por temas de corrupción, tráfico de influencias e incapacidad para gobernar y legislar. Para muchos ciudadanos esta sería la salida ideal; sin embargo, nadie asegura que la crisis pueda terminar con nuevas elecciones porque serán los mismos políticos reciclados, los que hoy la hacen de asesores parlamentarios, dirigentes de ONGs o de sabios “opinólogos”, quienes volverán al ruedo ofreciéndose como salvadores. Nuestra ‘fauna’ política es única. Pues, quien llega a ocupar un cargo por votación, una vez que saborea el poder, no lo suelta y siempre está rondando a quienes gobiernan o legislan proponiendo soluciones que en el fondo solo beneficia a ellos mismos, los partidos políticos, líderes o a determinados grupos de poder. El peruano, como siempre, mira desde la tribuna. Adelanto de elecciones sí, pero con nuevos personajes, con capacidad y moralidad comprobada.

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