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¿Por qué la Semana Santa cae cada año en fechas distintas?

¿Por qué la Semana Santa cae cada año en fechas distintas?
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La Semana Santa es un tiempo que cambia según el año. No ocurre lo mismo con otras fiestas cristianas como la Navidad (25 diciembre) ¿Por qué en la Semana Santa ocurre este cambio? Todo el calendario cristiano tiene su origen en la resurrección de Jesús. Es la referencia más importante de la fe cristiana. Tanto es así que durante los tres primeros siglos del cristianismo la única fiesta que realmente se celebraba era la Pascua de Resurrección, y en menor medida Pentecostés (el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles). Con el paso del tiempo ese acontecimiento de la resurrección se fue ampliando alrededor de la Semana Santa, así apareció el domingo (la palabra domingo significa “El día del Señor”). Cada domingo es la celebración semanal del misterio pascual de la Resurrección de Cristo. Podemos decir que cada domingo es una mini-Pascua de Resurrección. De la misma manera se fue creando un calendario de fiestas cristianas donde podemos celebrar los distintos momentos de la vida de Jesús y de los santos y santas, pero todo el calendario litúrgico tuvo su origen en la fiesta de la Pascua de Resurrección de Jesús. La Semana Santa se celebra el domingo siguiente a la primera luna llena del equinoccio de primavera, cayendo entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Este año la Semana Santa iniciará el Domingo 14 de abril. Y en los próximos años:
  • Semana Santa 2020: Domingo 5 de abril
  • Semana Santa 2021: Domingo 28 de marzo
En el Concilio de Nicea (año 325) se promulgó que la Pascua cristiana (la Resurrección de Cristo) se celebraría “el primer domingo después de la primera luna llena durante o después del quinoccio vernal”. En consecuencia, astronómicamente, la Pascua nunca puede caer antes del 22 de marzo ni después del 25 de abril. La enorme importancia que tenía para los cristianos la Pascua como festividad de la Resurrección de Jesús, les llevó a creer que dicha celebración no podía llevarse a cabo sin cierta preparación espiritual. Pensaban nuestros primeros hermanos que debían acondicionar sus almas durante algunos días de ayuno, penitencia y oración. Esto sería lo que posteriormente se llamaría Cuaresma. Fuente: Diócesis de Canarias
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