Recientemente, el Chicago Tribune alertó el elevado nivel de radiación que presentan algunos modelos de los celulares de las líneas iPhone y Galaxy, de Apple y Samsung respectivamente.

Este estudio asegura que llevar un dispositivo de estos en el pantalón o en la chamarra (lugares habituales para portarlos) aumenta en un 500% los límites de radiación considerados aceptables, de acuerdo a la norma establecida por la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC).

Gracias a la colaboración del Chicago Tribune con el laboratorio Exposure Labs, de California, se descubrió que el iPhone 7 y el iPhone 8 de Apple, y el Galaxy S8, S9 y J3 de Samsung emiten niveles de radiación más allá de los niveles permitidos por el ente regulador.

Las pruebas realizadas en estos teléfonos simularon una llamada telefónica, en la que los dispositivos están al menos a 2 milímetros de distancia del cuerpo humano. Misma situación se presenta cuando los celulares están guardados en el bolsillo del pantalón o en un bolso.

Chicago Tribune aclaró que únicamente realizó pruebas con 11 dispositivos inteligentes, una cantidad mínima si se le compara con los cientos que están disponibles en todo el mundo.

Lamentablemente, no existe ningún estudio que rebele con certeza cuales son los riesgos para la salud de las personas que están expuestas a este tipo y niveles de radiación. No obstante, algunos expertos señalan que podría aumentar la probabilidad de padecer cáncer, lo cual empeora la situación de las dos compañías de tecnología móvil más importantes del mundo.

Ante esto, la Comisión Federal de comunicaciones de Estados Unidos ha tomado cartas en el asunto, y aunado a la demanda colectiva que enfrentan tanto Apple como Samsung, el panorama para estas dos transnacionales parece complicarse aún más.

Los demandantes, quienes basan su acusación en las pruebas que realizó el Chicago Tribune, afirman que Apple y Samsung tenían el conocimiento de estos problemas e hicieron caso omiso de las advertencias, por los cuales los acusan de negligencia, enriquecimiento ilícito y de poner en riesgo la salud pública.

Las personas que presentaron la demanda, apoyados por la FCC, le piden a la Corte de California que se aclare el impacto a la salud de la radiación emitida por los celulares.

También solicitan que se obligue a las dos empresas involucradas a costear los gastos médicos resultantes de su supuesta negligencia y que otorguen compensaciones económicas a los que usuarios resulten afectados.

La parte acusadora afirma que los riesgos a la salud son el aumento de la probabilidad de padecer cáncer, daños genéticos, esterilidad, pérdida de memoria y otras patologías neurológicas.