Si no es la inundación de viviendas por los desborde de los desagües, es la falta de agua potable como la que hoy padecen cientos de familias en Piura.
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Lo cierto es que la
EPS Grau ha dado suficientes muestras de incapacidad para dar un buen servicio a los piuranos, lo grave es que no se ve esperanza de solución a corto ni mediano plazo a este problema.
Todos sabemos que esta empresa, a cargo hoy de sus acreedores,
sigue en quiebra. No tiene dinero para invertir en
proyectos ambiciosos que mejoren el servicio.
A lo mucho aspira a mantenerse en el tiempo aunque el servicio sea ineficiente y un castigo para los usuarios. Han adoptado el método del parche… parchan motobombas de los pozos; parchan tubería, pero no hay fuerte inversión, ni mejoras del sistema administrativo para evitar más perdidas.
¿Que vuelva a las municipalidades, como piden los alcaldes? Tampoco es garantía, pues lo que se requiere para reflotarla y hacerla eficiente es una fuerte inversión que no la tiene, ni el
Estado está dispuesto a dársela.
Mientras tanto, los piuranos deben comprar agua de cisternas, pues hasta bañarse es un
lujo ahora.
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