Puerto Pizarro es una de las principales atracciones turísticas del norte peruano, por ser un lugar lleno de sorpresas gastronómicas y estar rodeada de una gran vegetación que alberga una fauna increíble. Ubicado a trece kilómetros de la ciudad de Tumbes, es el punto de partida para visitar los Manglares de Tumbes. 

Si estás buscando desconectarte de la rutina, es una gran opción de paisaje natural que visitar. Está a solo 5 horas de la ciudad de Piura (297 km). ¡Anímate!

El nombre de este lugar surgió después que el conquistador Francisco Pizarro estampó su espada de conquista en 1532, en esta tierra que hoy en día, se convierte en uno de los lugares preferidos de los turistas locales y de todo el mundo.

Este balneario posee una caleta de pescadores y extractores de conchas negras, entre palmeras, botes de colores y viejas construcciones de madera que le dan cierta distinción al ambiente.

Sus aguas son poco profundas, por lo cual posibilitan la práctica de Windsurf, así como esquí y paseos en lancha, que lo convierte en un punto turístico importante.

Punto de partida a tres exóticas islas

Puerto Pizarro tiene una extraordinaria posición geográfica. Desde aquí se tiene fácil acceso a tres islas: La Isla del Amor, con la mejor playa a muchos kilómetros a la redonda; La Isla de los Pájaros que carece de playa pues de punta a punta está cubierta de manglares. Es recomendable visitarla en el ocaso, pues es el momento en que miles de aves regresan a dormir en un gran alboroto a la copa de los árboles de esta isla; y La Isla Hueso de Ballena, cuyo nombre se debe al lomo curvado semejante al espinazo de un cetáceo, además que se dice que allí varan ballenas moribundas.

Para llegar a estos lugares es necesario contratar a un guía que les indicará el camino a realizar en este paseo en barco. En el recorrido se puede desembarcar en las Islas del Amor y Hueso de Ballena.

Otro lugar atractivo para visitar es el criadero del Cocodrilo de Tumbes, donde se puede apreciar las etapas de crecimiento de este reptil, que más allá de la preservación (no están en extinción), el interés de mantenerlos es sobre todo turístico.