El bono de fin de año ha vuelto a colocarse en el centro del debate público en el Perú, luego de conocerse que los congresistas recibirán incentivos económicos que alcanzan los S/ 46,900 en su último periodo anual. La revelación ha generado una ola de cuestionamientos ciudadanos en un contexto de desconfianza hacia las instituciones políticas y frente a un escenario presupuestal complejo para el país.
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¿Qué es el bono de fin de año y por qué genera cuestionamientos?
El denominado bono de fin de año es un incentivo económico complementario al salario que reciben los legisladores en diciembre. Aunque se trata de un beneficio que existe desde hace muchos años, su continuidad ha sido cuestionada debido al impacto en el gasto público y al clima de descontento social hacia la clase política.
La suma —que supera los S/ 46,000 por congresista— ha sido considerada por diversos sectores como excesiva, especialmente al compararse con los ingresos de la mayoría de trabajadores del país. Esta percepción ha alimentado el debate en redes sociales, medios y espacios académicos sobre la pertinencia de mantener este tipo de incentivos en el sector público.
Congresistas se pronuncian sobre el bono de fin de año
Tras hacerse pública la cifra que recibirán los legisladores, varios congresistas salieron a dar declaraciones intentando contextualizar estos beneficios. Desde el Congreso de la República, el parlamentario Edwin Martínez precisó que estos incentivos no son nuevos y que forman parte de la estructura administrativa del Legislativo desde su creación.
«En cuanto a los bonos, incentivos que dan al Congreso de la República eso no se da de hoy, se da desde que la crearon. Lamentablemente, hoy la sociedad está harta de la política y todos se ensañan contra el Congreso de la República, pero los ministros ¿cuánto ganan? los funcionarios públicos ¿cuánto ganan?», señaló Martínez, deslizando que existe un foco desproporcionado sobre el Parlamento.
Para el legislador, las críticas responden más al hartazgo ciudadano que a una evaluación objetiva de las compensaciones económicas en el Estado. Ante esto, pidió que la discusión abarque a todo el aparato público y no solo al Congreso. “No se puede perseguir solamente a una institución, sino decir la realidad del Perú”, enfatizó.
Flavio Cruz y la defensa del carácter laboral del cargo
En la misma línea, el congresista Flavio Cruz recordó que estos beneficios cuentan con antigüedad y forman parte del marco laboral del Legislativo. “Los congresistas somos aves de paso, pero no dejamos de ser trabajadores”, apuntó. Según Cruz, la protesta ciudadana gira en torno a las amplias diferencias salariales entre funcionarios del Estado y la población en general.
Pese a ello, reiteró que el dinero percibido “si viene del pueblo, devuelve al pueblo”, en una defensa del rol de representación y servicio que asumen los congresistas. Sus declaraciones generaron reacciones divididas, especialmente entre quienes consideran que el Parlamento no ha mostrado resultados acordes con los beneficios que recibe.
El bono de fin de año en un escenario de déficit presupuestal
La difusión del monto del bono de fin de año coincidió con la advertencia del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) respecto a un serio déficit presupuestal para la organización de las Elecciones Generales 2026. El presidente del JNE, Roberto Burneo, indicó que requieren más de S/ 553 millones para cubrir los costos del proceso electoral.
Burneo advirtió que, de no obtenerse los recursos adicionales, se vería comprometida la transparencia y legitimidad de los comicios. La institución presentó una demanda adicional al Gobierno central para cubrir la brecha económica. “Aún no tenemos, exactamente, cuánto de ese déficit vamos a tener porque está en riesgo los procesos electorales si no tenemos los recursos”, señaló el titular del JNE.
Este contexto ha reforzado las críticas hacia el gasto en los beneficios legislativos. Para diversos analistas, mientras el país enfrenta dificultades para financiar un proceso electoral fundamental, los incentivos otorgados a los congresistas se mantienen sin señales de reforma o revisión.
Bonos y gratificaciones: una práctica recurrente
A pesar de las tensiones presupuestarias, los congresistas volverán a recibir, como cada año, sus gratificaciones y demás beneficios. Se trata de prácticas administrativas que se mantienen desde hace décadas y que han sobrevivido a sucesivas críticas y reformas fallidas.
Sin embargo, la discusión no solo gira en torno a la existencia del bono de fin de año, sino a la falta de propuestas concretas dentro del mismo Parlamento para revisar y actualizar el sistema de incentivos de acuerdo con la realidad económica del país. Hasta el momento, pese a los cuestionamientos, ningún grupo parlamentario ha presentado una alternativa clara que apunte a modificar estos beneficios.











