El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo que cada ciudadano estadounidense, salvo los que pertenecen a los sectores de mayores ingresos, recibirá un bono de 2000 dólares gracias a los ingresos generados por los aranceles. La declaración fue publicada en su plataforma Truth Social, donde el mandatario defendió su política comercial y su impacto en la economía nacional.
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Trump promete un dividendo de 2000 dólares por persona
En su mensaje, Trump aseguró que los aranceles han convertido a Estados Unidos en “el país más rico y respetado del mundo”, con una economía sólida y niveles de inflación bajos. “¡Las personas que están en contra de los aranceles son tontos!”, escribió el mandatario en tono desafiante. Según dijo, el país está experimentando “una inversión récord” y “plantas y fábricas surgiendo por todas partes”.
El presidente también mencionó que los planes de pensiones 401(k) “están en su nivel más alto”, y que el Gobierno pronto empezará a pagar parte de la deuda nacional gracias a los ingresos obtenidos por los gravámenes comerciales. A partir de esos fondos, se financiaría el nuevo bono de 2000 dólares que —según Trump— sería entregado a “todas las personas, sin incluir a las de altos ingresos”.
Un anuncio económico con tono electoral
El anuncio llega en un contexto político clave, en medio de los preparativos para las elecciones presidenciales de 2026. Trump ha insistido en que sus políticas de comercio exterior fortalecen la economía estadounidense, impulsando la producción nacional y reduciendo la dependencia de las importaciones.
El bono de 2000 dólares ha sido interpretado por algunos analistas como un intento del presidente de reforzar su imagen de líder económico y acercarse al electorado de clase media y trabajadora. Sin embargo, no está claro aún cómo se implementaría el mecanismo para entregar el dinero ni qué agencia federal estaría encargada del proceso.
¿Qué relación hay entre los aranceles y el bono?
La propuesta de Trump se basa en la idea de que los aranceles —impuestos aplicados a los productos importados— generan ingresos significativos para el Gobierno federal. Según el presidente, esos fondos adicionales permitirían financiar el bono de 2000 dólares sin afectar el presupuesto público.
“Ahora somos el país más rico y respetado del mundo, casi sin inflación y con un precio récord en el mercado de valores”, aseguró Trump en su publicación. Además, reiteró que las empresas extranjeras están trasladando sus operaciones a Estados Unidos debido a las medidas comerciales, lo que —a su juicio— impulsa el empleo y la producción nacional.
No obstante, varios economistas han cuestionado esa interpretación, recordando que los aranceles suelen trasladarse al consumidor final en forma de precios más altos. De acuerdo con expertos en política fiscal, los ingresos por aranceles no son comparables a una fuente de financiamiento estable, lo que pone en duda la sostenibilidad de una iniciativa como el bono de 2000 dólares.
El debate legal sobre los aranceles
El anuncio de Trump se produce pocos días después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos expresara escepticismo sobre la legalidad de los aranceles aplicados por su administración. El alto tribunal analiza si la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales otorga al presidente la autoridad para imponer gravámenes sin aprobación del Congreso.
La Constitución estadounidense establece que el poder legislativo tiene la potestad de decidir sobre los impuestos. Por ello, algunos jueces cuestionaron si el Ejecutivo ha excedido sus competencias al aplicar aranceles a prácticamente todos los territorios del mundo bajo el argumento de la “seguridad nacional”.
En respuesta, Trump publicó otro mensaje en Truth Social, afirmando que “el presidente de EE. UU. tiene permiso —y la aprobación total del Congreso— para detener todo el comercio con un país extranjero, lo cual es mucho más oneroso que un arancel”. Y añadió: “¡Eso NO es lo que nuestros grandes fundadores tenían en mente! ¡Todo esto es ridículo!”.
La defensa de Trump ante las críticas
El mandatario volvió a defender su política comercial, argumentando que los aranceles son una herramienta legítima para proteger la economía estadounidense. Aseguró que las empresas están “llegando en masa” al país debido a las condiciones favorables creadas por su gobierno. “¿No se le ha informado al Tribunal Supremo de EE. UU.? ¿Qué demonios está pasando?”, escribió en tono crítico.
Trump ha utilizado los aranceles como uno de los pilares de su estrategia económica desde su llegada al poder. Durante su gestión, ha impuesto gravámenes a productos provenientes de China, la Unión Europea, Canadá y México, entre otros. Aunque esas medidas han generado tensiones diplomáticas, el mandatario sostiene que han fortalecido la industria nacional y los empleos en el país.
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