Después de más de un año, la región Piura salió de la zona de epidemia de dengue luego de registrar una constante reducción de casos. Sin embargo, todo cambiaría luego de los días de restricción de agua potable que se avecinan por el cierre parcial del reservorio de la presa Poechos.
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Según el exsubdirector de Salud, César Guerrero, la ola de frío no impide la circulación del zancudo transmisor del dengue y propagación en los depósitos de agua limpia que la población almacenará.
“Hemos salido de la zona de epidemia, pero los casos no han desaparecido. Cuando tenemos esta situación de que a las personas se les obliga a almacenar el agua, muchos no lo hacen en condiciones adecuadas y esto sí podría generar un aumento de los casos de dengue”, señaló.
El especialista señaló que a diferencia del verano en que la velocidad de replicación del insecto es mayor, en invierno esta disminuye, pero igual se produce. En ese sentido, Guerrero recomendó que en el reparto de agua en cisterna también participe el personal de la Diresa para aplicar el insumo químico contra las larvas del Aedes Aegypti.
“Sería ideal la coordinación entre los que tienen a cargo las cisternas para que el personal de salud aplique el ‘pyriproxyfen’ según el tamaño de los recipientes de la población. Con eso se asegura que el agua, aunque no se le tape, no sirva para la replicación del vector. Con el frío el vector sí se replica, pero lo hace más lento”, sostuvo Guerrero.
Vigilan canales
De otro lado, el proyecto especial Chira Piura (Pechp) informó que patrullan los canales para evitar la sustracción del caudal de casi 7m³/seg que han dejado para el consumo humano.
Como se informó, el cierre de Poechos entre el 26 de agosto y 1 de septiembre es para el uso agrícola, pero se ha dejado un caudal mínimo para las plantas de producción de agua de Piura y Sullana. Con la vigilancia se busca evitar la sustracción con motobombas.