El Perú también retrocede en la cobertura de vacunación luego de ser un ejemplo de país de llegar casi al 100% de la población.
-¿Cómo está la cobertura de vacunación en el país?
El país tenía una estrategia de vacunación que llegaba muy cerca al 100%, sobre todo en las vacunas durante los primeros años de vida. Unas vacunas que permiten que los niños apenas nacen, puedan desarrollarse de manera integral y que evidentemente no corra riesgo su vida por falta de prevención.
Las vacunas son preventivas y lo que hacen es disminuir el riesgo de contraer la enfermedad y si le diera la enfermedad, disminuir los síntomas y las consecuencias. Con la información del Minsa, desde Propuestas del Bicentenario se ha evidenciado una brecha de cobertura de vacunas que requieren los niños y las niñas, principalmente en las vacunas pentavalente y antipolio, en la tercera dosis, que son las dosis que se deben aplicar a niños menores de 6 meses.
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-¿Cuál fue la cobertura?
En el 2018, la vacuna pentavalente llegaba a una cobertura de 96,6% y ahora estamos en el 79.9% y la antipolio llegaba el 2018 al 95,6% y hemos cerrado el 2024 con 79,5%. En ambas vacunas, que se aplican a menores de 6 meses, no se llega al 80%.
-¿Qué riesgos implica?
Estamos hablando que dos de cada 10 niños menores de 6 meses tienen riesgo de contraer tos ferina, difteria, tétanos, influenza tipo B y hepatitis tipo B. Es importante reconocer que la vacuna pentavalente protege a los niños de cinco enfermedades, dos de las cuales vienen dándose en el país y que no están eliminadas como la hepatitis B y la influenza tipo B. No solo son enfermedades sino que está en riesgo la vida de los bebés.
-¿Y la polio?
La polio es una enfermedad que impide que las extremidades se desarrollen. También están en riesgo actualmente alrededor del 15% de niños, es decir dos de cada 10 niños menores de 6 meses no están protegidos de la polio. Son dos vacunas que es importante reconocer que tienen que colocarse y que padres, madres y adultos cuidadores tienen que llevar a sus niños a los centros de salud en el momento que les corresponde dentro de los primeros 12 meses de vida y luego cada dos meses para los refuerzos.
-¿Y cómo estamos en Piura?
En el año 2019, en la cobertura de pentavalente a los seis meses, Piura estaba en 93,2% y para el año 2024 ha bajado 10%, es decir está en 83,3%. Eso quiere decir que en Piura, dos de cada 10 niños de 6 meses no tienen la cobertura de hepatitis B, de influenza tipo B, de tétanos, tos ferina y difteria. Lo segundo es la cobertura de la vacuna antipolio a los seis meses. En el caso de Piura, en el 2019 se tenía una cobertura de 92,7%. En el 2022 esa cobertura subió al 95,7%, pero en el 2024 ha bajado a 83%.
-¿Es la renuencia de los padres o no hay presupuesto del Estado?
Vacunar a los niños tiene doble responsabilidad. Uno, la Dirección Regional de Salud tiene que garantizar, hacer seguimiento, generar condiciones y tener las vacunas. Luego tenemos al padre, madre, o adulto cuidador que es la demanda.
Los padres tienen que saber que los niños tienen el derecho de tener la cobertura de vacunas en el marco de su seguro social, SIS o de los seguros que tengan, pero los niños tienen que ser protegidos. Es importante que los padres lleven al centro de salud a su niño mensualmente y que pida las vacunas. Y en caso de que no haya vacuna, tiene que levantar la voz. El invertir en los más pequeños y en la primera infancia no es un tema menor. Si los niños contraen alguna enfermedad que frena su desarrollo, son niños que en el futuro cuando sean adolescentes y adultos pues no van a poder, en algunos casos, valerse por sí mismos, no van a poder terminar estudios para trabajar y tener ingresos. No es un tema de que no le pongo la vacuna hoy. Es que si nuestros hijos se enferman, podrían tener secuelas o fallecer.
-¿Cómo observa la reacción del Gobierno tras el escándalo de Qali Warma?
El Gobierno ha tomado la decisión de cambiar de nombre al programa por Wasi Mikuna y plantear una intervención pequeña, que es como probar si va a funcionar. El gobierno debe tener el debido cuidado de que Wasi Mikuna cumpla los estándares para evitar que vuelva a pasar lo sucedido en Qali Warma. [Ahora] están llegando a un grupo muy pequeño de escuelas en relación a la cobertura que tiene que atender el programa, entonces la pregunta es cómo van a atender a los demás. Correspondería que el ministerio esté alerta y haya ya implementado todas las condiciones y reglas que demuestre que lo que ha cambiado realmente es el programa y no solo el nombre.
-¿Y la atención a los niños afectados?
Entendería que el ministerio está haciendo un seguimiento porque es lo que corresponde cuando hay afectación a la salud. El Ministerio de Desarrollo e Inclusión social de la mano con el Ministerio de Salud, tiene que hacer un seguimiento a los niños para ver cómo están, si efectivamente fue una infección estomacal que no trajo ninguna secuela posterior o que realmente ha tenido secuelas y por lo tanto se tiene que tener un tratamiento.
-¿Con los programas sociales de este Gobierno hay un avance en la lucha contra la pobreza?
Una primera reflexión es que es un error pensar que los programas sociales son programas que van a reducir la pobreza. Los programas sociales no reducen la pobreza, son capas de protección y contención para que las personas no estén en peor situación de las que ya están. La única manera de salir de la pobreza de manera sostenida es a través del empleo o ingresos periódicos que le permitan tener salud, educación, alimentación, vestuario y transporte y poco a poco ir mejorando su calidad de vida.
-¿Los programas cumplen su rol?
Los programas sociales fueron creados para ser evaluados cada tres años porque cumplen ciclos y tienen que ser revisados y replanteados. El programa Juntos ha sido replanteado desde el 2020 con ajustes importantes para llegar a quien tiene que llegar. Se estaba priorizando la primera infancia y las madres embarazadas para ir apuntando al desarrollo de capital humano. El programa Pensión 65, he visto que se ha incrementado el monto de ingreso a partir de mediados del presente año y Qali Warma me da la impresión que solo es un cambio de nombre porque todavía no hemos podido ver en acción al nuevo programa atendiendo a las 60 mil instituciones educativas de su ámbito.
